El presidente de la Xunta gallega, Manuel Fraga, reavivó ayer la polémica interna en el PP al pronunciarse otra vez en favor de una reforma de la Constitución para adaptarla a la realidad autonómica. Varios ministros y dirigentes del Partido Popular salieron ayer en tromba para reafirmar la vigencia del texto constitucional y presentar las declaraciones del presidente fundador del partido como una "reflexión" personal. La oposición aprovechó para restregar al PP sus desavenencias internas.

Tras la reunión semanal del Ejecutivo gallego, Fraga insistió ayer en su propuesta de reforma constitucional, que situó como término medio entre quienes intentan medidas "unilaterales", como el lendakari Juan José Ibarretxe, y los que ven los cambios como un "tabú", en alusión a la línea oficial que abandera con vehemencia José María Aznar.

Fraga planteó que algunas cuestiones "podrían perfeccionarse", siempre con las reglas que establece la Constitución y con un consenso "equivalente o superior" al que posibilitó en su día la elaboración de la Carta Magna. "Entre la posición de los que juegan con eso y pretenden hacer cambios unilaterales y los que pretenden hacer de eso un tabú imposible, yo me sitúo en el terreno de que la propia Constitución prevé su reforma", dijo.

El vicepresidente Javier Arenas, el ministro portavoz, Eduardo Zaplana, y el titular de Defensa, Federico Trillo, replicaron por separado que "no es oportuno" abrir el debate de la reforma constitucional, aunque evitar criticar a Fraga, a diferencia de lo que han hecho con los dirigentes de otras formaciones políticas que han abogado por retoques constitucionales. Zaplana incluso afirmó que el presidente gallego tiene "razón en las cuestiones que plantea", pero reiteró que no es el momento para abrir el debate.

En la misma línea, el presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, afirmó que no es "procedente" reformar la Carta Magna, e interpretó que Fraga habla de "adaptaciones" del texto.

LA OPOSICION El socialista Jesús Caldera instó al candidato del PP a la Moncloa, Mariano Rajoy, a aclarar por qué su partido "demoniza" a los políticos que plantean lo mismo que Fraga. Para Caldera, al PP no le preocupa la cohesión de España, sino "sólo su interés particular, aunque juegue con fuego". Gaspar Llamazares (IU) dijo que Fraga se ha unido al "eje del mal" que pide un Estado federal.