Al final sí se celebró la reunión. El presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, consiguió reunirse en un día muy accidentado con el líder de la revuelta que vive el PP gallego, el presidente de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar. En la reunión también estuvo el exconsejero de Obras Públicas y excandidato a la sucesión de Fraga, Xosé Cuiña.

La reunión, prevista inicialmente para el mediodía, tuvo que ser aplazada, ya que Fraga sufrió a última hora de la mañana un desvanecimiento en su despacho, fruto de una gastroenteritis. Tras anular su agenda, Fraga durmió unas horas y por la tarde se sometió a un reconocimiento médico que determinó que estaba mejor. Y decidió convocar de nuevo la reunión.

POSIBLE ACUERDO En la reunión, que concluyó cerca de las once de la noche, los tres políticos buscaron cómo evitar una escisión que sería muy perjudicial para el PP, ya que el pase de los diputados de Ourense al Grupo Mixto haría perder la mayoría absoluta a Fraga. Al cierre de esta edición, no había trascendido si habían llegado a un acuerdo. La clave de la negociación pasaba por permitir que el sector descontento recuperase cierta cuota de poder sin deslegitimar la autoridad de Mariano Rajoy.