Quedó escrito en el pacto antiterrorista que los partidos firmantes renunciaban a hacer electoralismo con tan delicado tema. Pero luego no hay quien se resista (si se está en el Gobierno, claro) a sacar pechito cuando la Guardia Civil acaba de poner a buen recaudo a dos etarras que iban hacia Madrid cargados de explosivos, los muy bordes. Rajoy cayó en la tentación, por supuesto, y aprovechó que pasaba por Logroño entre nevada y nevada para arrimar el ascua antiterrorista a su sardina electoral. A esas mismas horas, Felipe González, en fulgurante reaparición ante su incondicional público sevillano, acusaba a los populares de ser unos mentirosos (así, en general). El viejo "encantador de serpientes" razonaba eficazmente su discurso sobre las mentiras oficiales. Pero Felipe, hombre... ¿quién no le da algún que otro meneo a la verdad cuando está allí arriba, en la cima del poder? Así pasó la jornada dominical, en una vistosa exhibición de cuán frágil es la condición humana.

Cómo serán las cosas que ayer se vio a Josep Antoni Duran i Lleida irse a por votos a la misa rociera que organizaban los andaluces emigrados a Cataluña. No se sabe si el candidato de CiU y ministro in péctore suo acompañó con palmas y olés los cantos folklórico-religiosos. Pero si lo hubiera hecho tampoco es para poner el grito en el cielo. Madrid bien vale una misa.

Los trucos inevitables

Aunque unos sean más marrulleros que otros, en una campaña electoral nadie renuncia a las ventajas y los trucos. Quien gobierna tira con fuerza y sin pudor de los recursos institucionales, hace propaganda paralela con fondos públicos, inaugura, amenaza... "No caben bromas ni genialidades (en la lucha antiterrorista). Cuidado, mucho cuidado", advierte Rajoy admonitorio. Hasta anteayer los ministros iban de aquí para allá poniendo primeras piedras de las obras del PHN, pero ayer el gobierno de Aragón (PSOE-Partido Aragonés) se sacó un as de la manga y lanzó en su comunidad una campaña publicitaria que usa el trasvase como legítimo ariete con los conservadores. En Francia, sin ir más lejos, este tipo de argucias están rigurosamente prohibidas. En España forman parte de la lógica política. ¿Por qué no habrían de utilizarse si la competencia las usa a granel?

También en Logroño, el candidato a la presidencia por el PP se calentó y prometió que el AVE llegará con inusual rapidez. En la capital riojana y en el resto de España la alta velocidad ferroviaria "se hará antes incluso de lo previsto". Tal cual. Es probable que los asistentes al mitin de Rajoy quedarán impresionados. Pero en los territorios recorridos por el AVE que de Madrid irá a Barcelona y Francia pasando por Zaragoza, la afirmación del presidenciable pudo provocar simultáneamente risas y llantos. Esta línea ha sido un magnífico compendio de fallos, retrasos y soluciones provisionales. ¡Y Cascos había prometido también acabarla en tiempo récord!

Es cierto, no obstante, que Mariano Rajoy y los suyos hacen una campaña más explicada . Dirán algunas o muchas mentirijillas, pero van trabando una argumentación bastante efectiva: ellos tienen la fórmula programática que garantiza la prosperidad. ¿Qué tienen los demás?

Zapatero desafía

José Luis Rodríguez Zapatero quedó bien en la entrevista paralela (a la de Rajoy) que le hizo la periodista Olga Viza. En realidad ese espacio televisivo vino a ser como una especie de cara a cara cuyos protagonistas no llegaron a verse jamás. Ya que esta campaña abunda en referencias cinematográficas, recordemos que ese tipo de mixtificación no es novedad en el Séptimo Arte. Pacino y de Niro estuvieron juntos en el reparto de Heat , un duro e interesante thriler ; pero nunca rodaron simultáneamente y eso que había una secuencia en la que dialogaban sentados a la misma mesa. Pues eso: Zapatero y Rajoy fueron sometidos a idénticas preguntas pero en distintos lugares. El resultado resultó muy revelador.

Los socialistas andaluces tuvieron ayer en Dos Hermanas su momento de euforia: Zapatero, Chaves y Felipe González. Guerra no fue y su silla quedó vacía. Felipe, eficaz todavía cuando se pone ante un micrófono, pidió el voto útil de la izquierda para echar a la derecha del Gobierno. Sin más rodeos ni preámbulos. Por eso y curándose en salud, Llamazares se había subido a la tribuna en Valencia a marcar distancias dentro del buen rollo que intenta mantener con los socialistas. "A la derecha se la gana desde la izquierda, no intentándola adelantar por el centro", anunció a sus seguidores. ¿Y los votos de izquierda que quedarán inutilizados en las numerosas candidaturas de Izquierda Unida que no tienen la más mínima posibilidad? Este sí que es un asunto delicado.

Son personas humanas

Son personas humanas, hay que comprenderles. Incluso a ese señor del PNV que vende el plan Ibarretxe con cara de buenísima persona. Se le ve tan apurado al hombre y tan deseoso de agradar que casi dan ganas de comprarle una muestra. Pero ¡ojo!, seguro que también se trata de un truco.