China es el gran motor económico del mundo y puede ayudar a la economía española a poco que aumenten las exportaciones, los turistas y las inversiones en el país asiático. Este es el mensaje que repitió ayer en Shanghái el presidente José Luis Rodríguez Zapatero aprovechando la celebración del día España en la Exposición Universal de Shanghái 2010.

Para captar la atención de los chinos exhibió en el pabellón de España la Copa del Mundo de fútbol. Miles de chinos esperaban ayer para fotografiar el dorado trofeo.

El pabellón de España está entre los cuatro más visitados, junto a China y Japón, y también Francia, aunque en este caso es porque ofrecen casar a los que visiten su muestra.

¿Cual es el secreto de España? Primero, en palabras del presidente, la "calidad, belleza y originalidad" del pabellón, que simula una especie de cesta de mimbre invertida. Pero la auténtica "estrella", como reconocía Zapatero, ha sido Miguelín, un bebé de 6,5 metros de altura. Feo, muy feo, mueve labios y ojos, pero ha copado muchas portadas de los diarios y su réplica ya corre falsificada en las tiendas.

Lo mejor que se puede decir del muñeco es lo oído a Zapatero en privado: "Es original". Y en su discurso, dijo a lso chinos: "España tiene un futuro tan grande como Miguelín". Casi 5 millones de personas han visitado el pabellón español.

En su maratoniana jornada, el presidente no paró de elogiar al Gobierno chino, además de proclamarse el "mejor amigo" del gigante asiático en Europa. Ante el secretario general del Partido Comunista de la Municipalidad de Shanghái, que ejerció de anfitrión en la ceremonia de izado de la bandera española, ensalzó "el gran éxito de la exposición, la mayor jamás realizada", y reconoció que, "sin la mirada de China", nada se podrá hacer en el mundo en el siglo XXI.

La estación final del presidente fueron los pabellones de las tres ciudades presentes: Madrid, Barcelona y Bilbao. Madrid le sorprendió por su costoso pabellón. Zapatero ironizó: "Con el endeudamiento que tienen, un poco más da igual", dijo a los suyos. El ayuntamiento de Alberto Ruiz Gallardón acumula una deuda de más de 5.000 millones de euros.