Galicia comienza una nueva etapa para "aportar soluciones reales a problemas reales". Este fue el mensaje del discurso de la popular Pilar Rojo, la nueva presidenta del Parlamento gallego, que ayer se constituyó para iniciar la octava legislatura. Tras ganar las elecciones del 1-M, el PP quiere que el nuevo ciclo esté marcado por "el consenso", pese a que PSOE y BNG anunciaron una oposición "firme e intensa", aunque constructiva.

En su discurso, Rojo reconoció que a los tres partidos les "separan cosas", pero matizó que les une "algo más importante: la pasión y las enormes ganas de trabajar por Galicia", y apeló a esto para que al final de la legislatura el pueblo gallego esté convencido de que los 75 diputados están "para servirlo", algo necesario "más que nunca si cabe" dada la actual situación de crisis.

El consenso será necesario para afrontar puntos clave que durante el Gobierno del bipartito quedaron pendientes, como la reforma del Estatuto gallego. Socialistas y nacionalistas desarrollarán "proyectos diferenciados", aunque con una postura antitética respecto al PP.

La Mesa queda constituida con Rojo como presidenta, con sus compañeros de partido José Manuel Balseiro como vicepresidente primero y José Manuel Baltar como secretario. Completan los cargos el socialista Ricardo Varela, exconsejero de Trabajo, como vicepresidente segundo, y el exvicepresidente de la Xunta, el nacionalista Anxo Quintana, contará con la vicesecretaría.