Rajoy y Aguirre aprovecharon la celebración del bicentenario de una guerra para firmar la paz. O, al menos, aparentarla. El líder del PP dio por "zanjada" su polémica con Aguirre y ella negó la existencia de la misma. Ayer todo fueron buenas formas ante la atenta mirada del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.

En la recepción, Rajoy habló con los periodistas. Dijo que el PP está mejor que hace 15 días; que los "amigos" se ganan por la vía de la ampliación y que va a dar oportunidades a "gente que lo merece". Aguirre también despachó con la prensa. Se desmarcó del contrato para inmigrantes que prepara Valencia y dijo que estudiará la propuesta catalana de fijar un tope de inmigrantes en las escuelas.