La derecha mediática ha dibujado una diana sobre la efigie del popular Alberto Ruiz-Gallardón. Así, al menos, lo sintió ayer el alcalde de Madrid tras escuchar en la COPE al inefable Federico Jiménez Losantos, que le acusó de ir mañana a la concentración de la Asociación de Víctimas de Terrorismo (AVT) "a provocar", como en su opinión hizo José Bono cuando sufrió un conato de agresión en un acto muy similar. En una comparecencia oficial, Gallardón aseguró ayer que, pese a estas "amenazas radicales" contra su persona, mañana asistirá a la convocatoria de la AVT.

Puede parecer una riña de vecinos, pero la disputa entre el alcalde y el locutor tiene fuerte carga política a la que no es ajeno ni el presidente del PP, Mariano Rajoy. Pero antes, los hechos.

Ayer, a las 7.15 horas, Losantos arremetió contra Gallardón por pedir al PP que "mire al futuro" en vez de seguir porfiando con el PSOE en relación a la autoría del 11-M. Además de calificarlo de "lacayo del Gobierno", le acusó de "querer llegar a la Moncloa pasando por encima de 192 muertos". "¡Y en tu pueblo, alcalde, que debería darte vergüenza!", le reprochó el director de La mañana.

Por la verdad

No contento con ello, en la tertulia posterior Losantos azuzó contra el alcalde las iras de quienes, convocados por la AVT y el PP con el altavoz radiofónico de la COPE, mañana se manifestarán en Madrid en contra del diálogo con ETA y para exigir, bajo el lema ¡Queremos saber la verdad!, que se aclare si la banda participó en el 11-M.

"Me fastidia que un tío que está abiertamente en contra de la AVT vaya a la manifestación a montar un numerito a lo Bono. ¡Vas a provocar!", dijo Losantos, flirteando con la posibilidad de que sea agredido, como casi le sucedió en el 2005 al entonces titular de Defensa.

Estas acometidas, por reiteradas, colmaron la paciencia de Gallardón. Tanto, que tras la junta de gobierno del ayuntamiento dio un paso al frente para anunciar que las "amenazas" de Losantos no le disuadirán de su intención de participar en la protesta de la AVT.

Rencillas aparte, la anécdota revela la incomodidad de Gallardón con la línea oficial del PP, que alentado por Losantos ha decidido boicotear el proceso de paz. Con dos millones de oyentes mayoritariamente conservadores, el locutor, íntimo amigo de José María Aznar, se ha erigido en guardián del partido, e incluso vilipendia a Rajoy cuando ceja en la confrontación con el Gobierno.