Delito flagrante. El juez Baltasar Garzón ordenó ayer el ingreso en prisión de 17 de los 23 miembros de la nueva mesa nacional de Batasuna, detenidos el jueves en Segura (Guipúzcoa) por integración en ETA o por reiteración delictiva. Además, impuso una fianza para otros cuatro detenidos, uno de ellos, Javier Urrutia, por estar enfermo, y comparecencias quincenales para otros dos. El juez justifica esta decisión para no conceder a esta fuerza ilegal "una patente de corso" que le haga pensar que puede seguir alineada con la estrategia violenta de ETA.

El magistrado, en una resolución de 80 folios, revela que desde septiembre del 2006 investiga a la nueva mesa nacional de Batasuna porque ETA "actúa con vocación fagocitadora y depredadora de todo el espectro de la izquierda aberzale". Por ello, intenta aprovechar "el espacio político" y absorber a ese movimiento para anular "cualquier opción de discrepancia".

PRESION SOBRE ANV Garzón acusa a Batasuna, de "colonizar" a otras fuerzas políticas, como EHAK o ANV. Por ello, avisa a esos partidos de que actuará contra ellos cuando "tenga suficientes indicios". Afirma que los dirigentes de Batasuna han optado por "desafiar" las órdenes que les impiden reunirse al haber sido suspendidas sus actividades.

Garzón dedica una parte de su resolución a explicar que ha actuado con proporcionalidad y que ha evitado ser arbitrario. "El juez debe actuar, y así lo ha hecho, en el momento en el que ha dispuesto de indicios suficientes en los que apoyar su decisión", afirma. Y añade: "Ese momento es ahora, y no cualquier otro precedente en el que podían primar cuestiones de oportunidad".

El magistrado agrega que se ha visto obligado a tomar una medida tan grave para actuar "ante la flagrancia delictiva" de los arrestados por su "voluntad rebelde" a cumplir los mandatos judiciales. También sostiene que mientras duró la tregua de ETA, permitió las reuniones de Batasuna porque, "equivocada o interesadamente", buscaban el fin de la violencia. Esa actividad política, dice, "no puede considerarse como un hecho delictivo".

Sin embargo, ETA cambió el escenario cuando anunció que volvía a su actividad. Desde ese momento, a los dirigentes de Batasuna no se les "ha atisbado la mínima intención de separarse de esa línea". Por ello, asegura que sus reuniones han pasado a ser "delictivas", ya que en ellas "planifican su actuación de acuerdo a la estrategia de ETA".

El magistrado insiste en que Batasuna prepara a sus bases para una "fase de enfrentamiento", según uno de los documentos incautados a una de las detenidas, Maite Fernández de Labastida. El juez también revela documentos intervenidos a los detenidos. En casa de Ana Lizarralde, coordinadora de Vizcaya, se ha localizado una carta dirigida a ETA. En esa misiva, la detenida confiesa que ha mantenido una reunión con miembros de la banda.

Las declaraciones de los 23 detenidos duraron tres horas. El coordinador nacional de Batasuna, Joseba Permach, estaba completamente "derrumbado y hundido". Sin embargo, Rufino Etxebarria, encargado de relaciones exteriores, se mantuvo firme. Los otros arrestados expresaron preocupación, y solo tres de ellos dieron explicaciones al juez.