El juez Baltasar Garzón negó ayer ante el magistrado del Tribunal Supremo (TS) Manuel Marchena que hubiera cobrado "ni un solo dólar, ni un solo centavo" del Banco Santander durante su licencia de estudios en la Universidad de Nueva York. El togado de la Audiencia Nacional rechazó por activa y por pasiva esta acusación y aportó una serie de cartas dirigidas a distintas personalidades para demostrar que la expresión "querido", que encabezaba la misiva que envió a Emilio Botín, presidente de la entidad bancaria, para agradecerle el patrocinio de unos cursos, suele usarla habitualmente.

La declaración se prolongó durante cuatro horas. La mayor parte del interrogatorio estuvo dirigido por Marchena, quien dedicó más de la mitad de las preguntas a los honorarios que percibió Garzón mientras estuvo en la universidad norteamericana, entre marzo del 2005 y junio del 2006, a pesar de que esta cuestión ya fue archivada en su día por su colega Luciano Varela.

DECISION ACADEMICA La mayoría de las preguntas de Marchena afirmaban hechos que el magistrado de la Audiencia negó una y otra vez. Por ejemplo, interrogado sobre quién financió los cursos que impartió en el citado centro educativo, Garzón respondió que el patrocinio fue del Banco Santander Central Hispano y de los propios fondos de la Universidad de Nueva York. A continuación, el juez instructor le preguntó por qué se dirigió al Banco Santander y no intentó hacer una gestión previa ante los patrocinadores oficiales de la universidad, a lo que Garzón contestó que él no se dirigió a dicha entidad financiera para pedir fondos y que esa gestión la realizaron las autoridades acadé- micas. Insistente, Marchena quiso saber si su colega sugirió a las autoridades académicas la disponibilidad del Santander para hacer frente a esas cantidades, a lo que Garzón respondió que no.

Marchena también sometió al magistrado de la Audiencia Nacional a una batería de preguntas sobre el sueldo que percibió mensualmente (5.600 o 5.700 dólares), el importe total de sus emolumentos (160.000 dólares), las visitas de su mujer y sus hijos... El juez explicó al instructor del alto tribunal que fue invitado como profesor a la Universidad de Nueva York y que se trasladó sin "conocer exactamente el importe de su retribución". También rechazó que hubiera tenido "ánimo de ocultación", porque declaró sus ganancias.

El togado del Supremo también se interesó por la relación que une a Garzón con Botín, a raíz de la carta de agradecimiento que el primero envió al presidente del Banco Santander y que encabezó con un "querido Emilio" y despidió con "un fuerte abrazo". "Es una forma habitual que tengo de expresarme, no sé si acertada o desacertada. Pero, por lo que estoy viendo, me parece que ha sido mal interpretada", explicó Garzón. Y para avalar esta afirmación aportó copias de otras misivas, como la que dirigió a Rodrigo Rato, entonces director del FMI, que comienza con "querido Rodrigo" y finaliza con "un abrazo". Rato le respondió con un "querido Baltasar".

LARGA LISTA También remitió cartas al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al que se dirigió con un "querido José Luis" y terminó con "un abrazo". La larga lista de destinatarios continúa con el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos; el exministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; y el presidente del PP, Mariano Rajoy. En todas las cartas que les remitió el magistrado, este utilizó las expresiones "querido" y "un gran abrazo".