El juez Baltasar Garzón fue dado de alta ayer tras ingresar de urgencia, a primera hora de la tarde del día anterior, en la Clínica Ruber de Madrid a causa de una crisis de ansiedad. Garzón se sintió mal en plena polémica por su cacería con el ministro de Justicia y justo antes de completar el proceso de inhibición en la investigación contra la trama corrupta que salpica al PP.

Garzón, que estuvo ingresado cerca de 24 horas en la unidad coronaria de la clínica, ingresó sobre las 14.40 horas con un cuadro de tensión muy alta tras abandonar la Audiencia Nacional al sufrir una congestión y con una mano en el pecho, según señalaron testigos presenciales. El juez abandonó el centro sobre las 12.30 horas de ayer tras someterse a pruebas de esfuerzo, que sirven para evaluar si existe algún problema cardíaco que puede no ser evidente cuando el corazón está en reposo. Previamente, y para paliar el dolor en el pecho y la tensión alta con la que Garzón llegó a la clínica, se le dio medicación.

El juez debe completar su inhibición en el caso Correa. Para ello ordenó el viernes hacer tres copias del sumario: dos para los tribunales superiores de Madrid y Valencia y la tercera, quizá, para otro tribunal autonómico o al Supremo en el caso de estar imputado algún otro aforado. En el sumario hay imputadas 37 personas por una trama de corrupción en Madrid y Valencia.