La pinta de la cosa es tremenda. Resulta que España ha servido de lugar de descanso y planificación para un grupo de miembros de Al Qaeda en su afán de volar las Torres Gemelas y todo lo que se les pusiera por delante. La decisión de Garzón de procesar a 34 miembros del grupo terrorista, si hay pruebas consistentes, forma parte de su trabajo. Aun así, la acción contra Bin Laden, el jefe, se hace un poco excesiva para este país. Aznar nos ha conducido a la guerra en Irak, y Garzón, al combate protagónico contra Bin Laden. ¿No será demasiado para nosotros?