Los problemas competenciales entre los ministerios de Interior y de Defensa han obligado al Gobierno a aparcar la creación del mando único operativo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cuya creación había sido anunciada por José Luis Rodríguez Zapatero en su discurso de investidura. El presidente del Gobierno dijo entonces que el mando único evitaría "la descoordinación" entre la Policía Nacional y la Guardia Civil e "incrementaría la eficacia".

Fuentes gubernamentales reconocieron ayer que la implantación del mando único requiere una negociación entre los ministros del Interior, José Antonio Alonso, y de Defensa, José Bono, para aclarar sus competencias. El acuerdo se plasmará en un instrumento jurídico, probablemente una orden ministerial.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, explicó ayer, tras el Consejo de Ministros, que el mando único pretende "una mejor coordinación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lo informativo y operativo" y que de momento será ejercido por el nuevo secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, con los directores de la policía y de la Guardia Civil.

UN MILITAR Fernández de la Vega se sorprendió de que le recordasen su afirmación del pasado 20 de abril de que "seguramente" el mando único sería Víctor García Hidalgo, finalmente nombrado ayer director general del Cuerpo Nacional de Policía.

La vicepresidenta también defendió el nombramiento del general del Ejército del Aire Carlos Gómez Arruche como nuevo director de la Guardia Civil. Tras avalar "la elección de un magnífico profesional que tiene todas las capacidades para el puesto" y explicar que maneja idiomas, posee mucha relación con el servicio exterior y ha mandado a grandes colectivos, dijo que su caracter militar "es una manifestación de normalidad democrática".

El nombramiento de un general del Ejército del Aire no fue bien recibido por algunos oficiales superiores de la Guardia Civil, que manifestaron en privado que lo más lógico hubiera sido nombrar a un general del propio instituto armado.

MALESTAR Y PROMESAS Entre los guardias, la designación de este oficial de la Fuerza Aérea, natural de Arévalo (Avila), exjefe de la Base Aérea de Albacete y jefe interino del Mando Aéreo de Levante, fue interpretada como un giro hacia una mayor militarización del instituto armado. Fernando Carrillo, presidente de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) manifestó la "sorpresa y decepción" y tildó de "grave error político" la designación de un militar.

El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, llamó ayer a Carrillo para asegurarle que Defensa no controlará la Guardia Civil y pedirle tiempo y confianza en las reformas prometidas por el PSOE de regular las asociaciones profesionales y cambiar el régimen disciplinario. La designación de un militar para mandar la Guardia Civil por primera vez desde hace 18 años, también causó una profunda sorpresa a algunos dirigentes socialistas, que la atribuyeron a la creciente influencia del ministro de Defensa, Bono.