El Gobierno y el PSOE apreciaron ayer en la propuesta de Arnaldo Otegui un "cambio radical de lenguaje", por su reconocimiento implícito de la Constitución de 1978, y la inscribieron en los movimientos de Batasuna para lograr su regreso al juego democrático. Sin embargo, las mismas fuentes la consideraron un paso todavía insuficiente para que la formación vuelva a la legalidad, porque no contiene ninguna declaración explícita contra el uso de la violencia.

El Ejecutivo evitó cualquier exhibición pública de entusiasmo ante la nueva apuesta política de Batasuna. Desde las filas socialistas, el portavoz en el Congreso de los Diputados, Diego López Garrido, intentó minimizar la importancia de la declaración de Otegi, al afirmar que "quiere sonar distinto a lo que siempre se ha escuchado a la izquierda aberzale". Tanto López Garrido como los portavoces gubernamentales coincidieron en recalcar que a la propuesta le falta "una premisa esencial: el rechazo de la violencia".

"Propuesta novedosa" En conversaciones informales, sin embargo, fuentes del Gobierno y del PSOE consideraron que la nueva apuesta de Batasuna es "novedosa" porque plantea la creación de una "autonomía política" vasco-navarra como una solución del conflicto "en el Estado español". Esto supone, según las fuentes consultadas, un avance respecto a la declaración del velódromo de Anoeta de noviembre del 2004, en la que la formación aberzale anunció su voluntad de utilizar solo vías "políticas y democráticas". Ni entonces, ni en esta ocasión, Batasuna ha formulado llamamiento alguno a ETA para que abandone la violencia.

La política antiterrorista acaparó buena parte de la primera sesión de control parlamentario al Gobierno. En un intenso duelo verbal, Mariano Rajoy exigió a José Luis Rodríguez Zapatero que abandone las "ambigüedades" y se comprometa a no negociar con ETA aunque esta declare una nueva tregua.

El presidente del Gobierno leyó al líder del Partido Popular unas declaraciones de José María Aznar en marzo del 2000, después de que ETA rompiera la anterior tregua y asesinara al teniente coronel Pedro Antonio Blanco y a Miguel Buesa, en las que el entonces presidente del Gobierno dijo que intentaría "aprovechar las oportunidades" si la banda terrorista declarase otro alto el fuego.

Relato "infame" El presidente reclamó con firmeza a Rajoy "responsabilidad, coherencia, seriedad y rigor" y acusó al PP de hacer todos los días un "relato de infamia". El debate evidenció una vez más la ruptura entre socialistas y populares en materia antiterrorista.