La ministra Ana Palacio llamó ayer la atención sobre otro frente en el que el Gobierno va a presentar batalla en las negociaciones del Tratado Constitucional de la UE. Palacio avisó sobre el "riesgo de división" que supondría la aprobación del artículo 328, que fija las normas de actuación de las cooperaciones reforzadas, esto es, de las iniciativas que un grupo de países de la UE decidan emprender sin esperar que se sumen los demás socios.

El proyecto permite que esos países de avanzadilla determinen sus reglas del juego; entre otras cosas, si votan por mayoría cualificada o por unanimidad. España propugna como método la unanimidad. Uno de los riesgos que ve el Gobierno es que se cree el núcleo de defensa promovido por Francia y Alemania, y España quede sin poder de veto si decide sumarse.