España se comprometió ayer en Varsovia a respaldar en la UE el libre flujo de trabajadores polacos por los países de la UE a partir de mayo del 2006. José Luis Rodríguez Zapatero escuchó la reivindicación de su homólogo polaco, Marek Belka, con "actitud abierta y receptiva". Y anunció la creación de un grupo bilateral el 3 de marzo para estudiar los flujos migratorios.

Los polacos requieren visado de trabajo para establecerse en España, a pesar de que Polonia es uno de los diez países que ingresó en la UE en mayo del 2004. La "moratoria sobre el libre flujo de trabajadores" es una imposición de la UE fijada para 2 años, pero que puede prorrogarse hasta 7 si los Quince entienden que peligran sus mercados laborales.

El compromiso adoptado ayer por España de apoyar que la moratoria finalice en el 2006 implica mantener una actitud favorable en el seno de la UE, que será la que decida sobre el futuro de los trabajadores de Polonia y los otros 9 países recién incorporados, explicó ayer el ministro de Trabajo, Jesús Caldera.

Zapatero y Belka discutieron también sobre el futuro de los fondos de cohesión europeos. El presidente español solicitó el apoyo de Polonia para la pretensión española de dejar de percibirlos de manera gradual. Zapatero señaló a Belka que, en el futuro, Polonia también deberá dejar de percibirlos y deseará, igual que ahora España, que no desaparezcan de repente.

Además, Zapatero comunicó ayer a Belka su intención de mantener las cumbres anuales con Polonia que inauguró Aznar en el 2003. Pero tras recibir honores militares a 10 grados bajo cero, Zapatero le dijo: "El año que viene ya buscaré en España un sitio más calentito".