El Gobierno en funciones empezó a blindar anoche con el Ejército, la Guardia Civil, 45 helicópteros, vagonetas exploradoras y vigilantes de Renfe las vías férreas de toda España. El plan de emergencia se aplicará a la líneas "más sensibles", especialmente las de los AVE Madrid-Sevilla y Madrid-Lleida, según explicó ayer el Ministro del Interior, Angel Acebes.

La medida se acordó en una reunión de urgencia de una célula de crisis encabezada también por el ministro de Defensa, Federico Trillo, e integrada por el la cúpula del Ejército, la policía y Renfe. En la cumbre se constató que el hallazgo casual de la bomba ha evidenciado la "alta vulnerabilidad" de la red ferroviaria española ante unos "terroristas decididos a seguir actuando y con medios para hacerlo", según fuentes conocedoras del contenido de la reunión.

La primera medida puesta en práctica ayer fue el rastreo "kilómetro a kilómetro" de la línea Madrid-Sevilla. "No se reabrirá a la circulación hasta que no haya garantías completas de seguridad", indicó el ministro.

Renfe contaba anoche con poder operar a pleno rendimiento a partir de las siete de la mañana de hoy y a tal efecto ha reforzado el servicio de hoy con 11 trenes adicionales. El nuevo plan de vigilancia no comporta, por ahora, el cierre de otras líneas.

Por la mañana, tras localizar la bomba, Renfe empezó a detener trenes. Al mediodía, cuando se comprobó que el paquete era una bomba, ordenó la paralización total de la línea.

NO HABIA AUTOCARES Seis trenes con casi 1.600 pasajeros se quedaron colgados . Renfe intentó contratar autobuses, pero no halló casi ninguno. Entre tres y cinco horas tuvieron que esperar los pasajeros en convoyes y estaciones. Más de 12.000 personas se quedaron en tierra.

Por otra parte, señalar también que el Juan del Olmo terminó ayer de interrogar a los últimos detenidos por su implicación con la masacre de Madrid, que ya suman 24. Dejó en libertad a cuatro detenidos, entre ellos Antonio Toro Castro, el cuñado del minero que facilitó los explosivos del 11-M.