Veo con satisfacción y admiración el efecto positivo de las medidas adoptadas y el incremento de la confianza que han producido". Con este respaldo tan explícito al ajuste económico aprobado por el Gobierno español recibió ayer el primer ministro chino, Wen Jiabao, a José Luis Rodríguez Zapatero en Pekín. Ya no solo son los principales líderes europeos los que apoyan el golpe de timón del líder socialista. También lo hace la segunda potencia económica del mundo.

Es la tercera visita que Zapatero realiza a China desde que accedió a la Moncloa y no es, probablemente, casualidad. Wen recordó ayer que cuando estalló la crisis de confianza en la Unión Europea y los mercados se lanzaron a por el euro, el primero al que llamó fue el presidente español. Ambos dirigentes aseguraron al unísono que el mejor amigo de China en Europa es España. El principal objetivo del periplo del presidente era lograr que esa relación contribuya a la superación de la crisis, y el encuentro con Jiabao parece haber respondido también a estas expectativas.

Fuentes de la Moncloa indicaron que el dirigente chino se comprometió a aumentar las importaciones de productos españoles para equilibrar la balanza comercial, decantada hacia el gigante asiático, y se mostró dispuesto a ampliar las inversiones españolas en China en energías renovables, medioambiente o eficiencia energética, en los que España ocupa un lugar destacado a nivel mundial y ya colabora con empresas chinas.

ECONOMIA DE LIBRE MERCADO Zapatero se ha ofrecido, a cambio, a mediar con la UE para que se reconozca que China es una economía de libre mercado y levantar así las trabas burocráticas que el no reconocimiento comporta. También mediará para que se flexibilice la política europea de visados y ordenará que los consulados españoles pongan menos trabas. Antes de reunirse con Jiabao, Zapatero había almorzado con los turoperadores del país y la reclamación fue la misma. Muchos chinos de la nueva clase adinerada no pueden visitar Europa porque sus países vetan su entrada como si fueran inmigrantes irregulares.

Del almuerzo surgió también un objetivo: triplicar "a corto plazo" la cifra de turistas. Solo 90.000 chinos llegaron a España en el 2009 en viaje de placer. Para lograrlo, el Gobierno se ha ofrecido a promover programas de turismo cultural y de naturaleza, dado que la oferta de sol y playa no es atractiva para los habitantes de un país que tiene cerca los paradisiacos enclaves del Indico. Zapatero extrajo otra conclusión: la victoria de España en el mundial de fútbol está siendo decisiva para que en China se haya despertado el interés por España. "Felicidades por la victoria de La Roja", le dijo a Zapatero el número dos del régimen comunista tras recibirle.