Pese al asesinato del espía José Antonio Bernal, adscrito a la Embajada de España en Bagdad, el Gobierno considera "suficiente" la seguridad del personal español destacado en Irak. El ministro portavoz, Eduardo Zaplana, juzgó ayer innecesario revisar las medidas de protección de la legación diplomática porque, alegó, ya se habían reforzado antes del atentado terrorista del pasado jueves.

Tras la reunión de ayer del Consejo de Ministros, sólo 24 horas después de la muerte del segundo español en la posguerra iraquí, Zaplana compareció ante las cámaras con la lección bien aprendida. Para orillar el espinoso debate sobre la escasa seguridad con la que cuentan los diplomáticos españoles en Bagdad, el ministro se aferró al siguiente pretexto: "Se trata de un atentado terrorista evidente y, por tanto, el análisis no debe ser sobre las medidas de protección, sino sobre la decisión de los terroristas de atentar contra nuestro compatriota". Pero su pirueta dialéctica no surtió efecto.

"MEDIDAS ADICIONALES"

Zaplana se resguardó como pudo del alud de preguntas sobre las seguridad de la embajada. El portavoz gubernamental adelantó que la protección "se estima suficiente", aunque está "siempre sometida a periódicas revisiones de evaluación y, si fuera necesario aumentarla, se haría inmediatamente". Pero no ahora.

Garantizó el ministro, que tras la muerte del capitán de navío Manuel Martín-Oar, el pasado agosto en un atentado contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad, el Gobierno adoptó "medidas adicionales" de protección en su representación diplomática. Pero, "por discreción", no quiso concretarlas. Fuentes diplomáticas seguían negando ayer este extremo, asegurando que sólo cuatro agentes de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO) de la policía custodian la sede desde hace varios meses.

Bernal, agregado de Información de la embajada y miembro del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), sólo contaba con un escolta privado iraquí que había contratado él mismo, aunque su salario lo pagaban los servicios secretos españoles. Tras precisar que el sargento primero contrató al vigilante "con el conocimiento de la embajada", el ministro eludió aclarar si ésta recibió el martes un informe de la firma Global Security Systems que la alertaba de la precariedad de sus medidas de seguridad.

La ministra de Exteriores, Ana Palacio, negó por su parte que el Gobierno haya pedido auxilio a Estados Unidos para prevenir futuros atentados contra su embajada en Bagdad: "No tengo ninguna constancia".

"SITUACIONES RELEVANTES"

Zaplana desvinculó el asesinato del espía español del apoyo que José María Aznar prestó a la guerra de Irak, con el argumento de que también la ONU sufrió un atentado en agosto. El ministro puso de manifiesto que el Gobierno se resiste a acudir al Congreso para dar cuentas de este asunto. Apuntó que sólo lo haría "si se produjeran situaciones relevantes", pero no aclaró cuáles.