Se acabaron las contemplaciones. Ayer el Gobierno no pudo ni quiso pasar por alto la andanada lanzada el jueves por Mariano Rajoy, quien, tras la cita del PSE con Batasuna, aseguró que José Luis Rodríguez Zapatero "no representa al Estado" en el diálogo con ETA, pues los 10 millones de votantes del PP no lo apoyan. Esta singular interpretación del sistema representativo llevó al Gobierno a cuestionar las convicciones democráticas del líder del PP. "Negar la representación del Estado a quien la tiene otorgada por los ciudadanos es colocarse fuera, al margen del Estado, al margen del sistema democrático", denunció la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega.

Como cada viernes, de modo casi ritual, De la Vega acabó por tender la mano al PP para que se sume al empeño de acabar con el terrorismo mediante la unidad democrática y el diálogo con la banda. Pero la de ayer no era jornada de consensos.

DESVINCULADOS La víspera, además de acusar al presidente de "ensuciar" el proceso de paz al autorizar la "inmoral e ilegal" reunión entre los socialistas vascos y la disuelta Batasuna, Rajoy había lanzado dos mensajes envenenados: que en las conversaciones con ETA Zapatero "no representa al Estado, sino al Gobierno o a su propio partido"; y que el PP "no se siente vinculado" por los acuerdos que selle el Ejecutivo. Aviso que debilita la posición negociadora del Ejecutivo, pues transmite a ETA que, pacte lo que pacte, será en vano si un día el PP vuelve a gobernar.

"¿Cómo es posible que el líder de la oposición de un país democrático le niegue legitimidad a un presidente del Gobierno que ha sido elegido por mayoría, por más de 11 millones de ciudadanos, en las urnas?", se preguntó ayer De la Vega. Confesó la portavoz gubernamental que las palabras de Rajoy le habían causado "estupor", y dijo que, al cuestionar la legitimidad de un presidente elegido en las urnas, el líder del PP "es una especie de insumiso del Estado de derecho".

Ratificó De la Vega que Batasuna seguirá ilegalizada hasta que abjure de la violencia, aseguró que Zapatero "sirve a los anhelos de la inmensa mayoría de los españoles" al buscar la paz e instó a Rajoy a apoyar al Gobierno.

Horas antes, en RNE, José Blanco (PSOE) arremetió contra Rajoy: "¿Quién es él para decir quién representa al Estado? Eso lo deciden los ciudadanos en las urnas; debería aprenderlo de una vez", aseguró Blanco.

"ESTUPIDEZ" Juan José Ibarretxe también criticó las palabras de Rajoy y las calificó de "estupidez política". El lendakari confesó su disgusto ante la atención que se presta a frases tan "irracionales" como las de Rajoy.

Entrevistado en Catalunya R dio, Ibarretxe puso también en evidencia a la presidenta del PP vasco, María San Gil, por comparar la foto del encuentro PSEBatasuna con la de Hitler y Franco. "Le traiciona el subconsciente", ironizó Ibarretxe, antes de recalcar que la mayoría de la sociedad vasca observa con naturalidad los citados contactos.

También los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, dieron mucho valor a la cita del jueves entre representantes del PSE y Batasuna, y reiteraron su apoyo a las iniciativas del Gobierno para erradicar la violencia.

Y ayer se supo que la Fiscalía de la Audiencia Nacional no solicitará al juez Baltasar Garzón la aplicación de ninguna medida contra los participantes en la reunión del jueves entre el PSE y la izquierda aberzale tras conocer el contenido del informe elaborado por la Policía Nacional.

Cabe destacar que el informe policial no se refiere al contenido de la reunión, dado que se celebró en un salón privado, al que los agentes no accedieron.