Bajo un lema en apariencia conciliador pero con doble sentido, Con la Constitución, todos juntos, el PP espera reunir hoy en la Puerta del Sol de Madrid a miles de militantes y simpatizantes con un objetivo común: expresar su firme rechazo al Estatuto catalán y proclamar la unidad de la nación española. Esta protesta contra la Carta catalana, camuflada de homenaje a la Constitución en su 27º aniversario, ha suscitado el rechazo del resto de partidos y del Gobierno, que ayer la definió como una "concentración callejera".

Recuperado del susto pero aún dolorido por los golpes que sufrió el jueves al desplomarse el helicóptero en el que volaba, el presidente del PP, Mariano Rajoy, se quedó ayer en casa por prescripción facultativa, pero no guardó excesivo reposo. El dirigente conservador dedicó la jornada a perfilar, en contacto teléfonico con algunos dirigentes del partido, el manifiesto sobre la unidad de España que hoy leerá al finalizar el acto. También contestó las llamadas de quienes se interesaban por su estado, incluido el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.

LA SALUD CONSTITUCIONAL Los socialistas, por su parte, compaginaron ayer estas muestras privadas de atención con públicas críticas a la decisión de Rajoy de convocar esta concentración. La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, remarcó que el Gobierno "respeta el derecho de manifestación" de los miembros del PP, pero les advirtió de que alentar una "concentración callejera" no es "la mejor manera de defender la Constitución". "Se me ocurren fórmulas muchísimo mejores, sobre todo cuando el PP sabe que la Constitución no corre ningún riesgo y goza de una robusta y espléndida salud", resaltó De la Vega.

Para la número dos del Ejecutivo, la Carta Magna "representa a todos los españoles" y tiene "una salud de hierro", por lo que "está muy bien conmemorarla" pero "no necesita defensas especiales". También recordó que el aniversario del referendo constitucional de 1978 se celebra cada año "en toda España, incluida Cataluña", mediante exposiciones y coloquios, pero nunca con un acto tan "peculiar" como el organizado por el PP.

Aunque ayer no lo expresara así, al Gobierno le preocupa que la cita convocada por el PP, al aire libre y en un escenario tan simbólico como la Puerta del Sol --el Kilómetro 0 de España--, adquiera tintes anticatalanistas. El portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, acusó a los populares de promover una concentración "en la capital de España contra una parte de España", y sentenció que "no hay nada más inconstitucional" que hacer eso.

Para marcar distancias, el PSOE difundió ayer un manifiesto en el que defiende que la Constitución, en su XXVII aniversario, canaliza a través de las instituciones "la secular diversidad cultural e histórica" de España. Los socialistas renuevan su apoyo a las reformas estatutarias que respeten "principios constitucionales esenciales como la igualdad ..., la cohesión social y la solidaridad interterritorial".

OTRA MANIFESTACION De asegurar el éxito de la convocatoria pese a la amenaza de lluvia se ha ocupado el PP, al fletar decenas de autocares que llevarán a Madrid a militantes de toda España. Por orden de Rajoy, el partido velará por que no afloren banderas preconstitucionales ni pancartas o consignas catalanófobas que confirmen las denuncias del PSOE. Todo ello le servirá como experiencia para promover una gran manifestación anti-Estatuto en unos meses, según avanzan, entre otros dirigentes del PP, la presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre.