El Gobierno está dispuesto a aguantar "todo lo necesario" antes de tomar decisiones contundentes para responder a las reiteradas críticas del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. De momento ni se va a retirar el embajador español en Caracas ni se quiere dar más trascendencia a las amenazas del mandatario venezolano. Con esta estrategia se pretende ayudar a las empresas españolas, que, según confirmó ayer el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, han solicitado al Gobierno que actúe con "tranquilidad y serenidad" para defender sus intereses en este país.

Moratinos sigue descartando llamar a consultas al embajador y de hecho argumentó que esta figura es más necesaria cuando las cosas "van mal". El Gobierno, de nuevo, pidió calma al PP, aunque no parece que los populares estén por la labor.

Los populares presentaron ayer una proposición para que el Congreso exprese su rechazo a la "involución democrática" que sufre Venezuela. Además, instan al Gobierno a apoyar a los disidentes y estudiantes venezolanos contrarios a las medidas planeadas por Chávez.

El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, replicó ayer a los reproches lanzados por el PP de se ha llegado a esta situación por sus "amistades peligrosas". Zapatero calificó de "inédito" que los populares le critiquen cuando lo que hizo fue salir en defensa de su "máximo líder". "Creo que es la primera vez que en el debate en democracia una oposición critica al presidente porque salga a defender a la oposición".

EL TRASFONDO DE LA RABIETA En relación al enfrentamiento entre el rey Juan Carlos y Chávez, la revista Tiempo desvela esta semana otra conversación entre ambos, cuando el segundo dijo al Monarca: "¡A sus órdenes, Rey!". La respuesta de este, tras escuchar los primeros insultos contra el José María Aznar, fue: "¡Eres un animal!" El incidente posterior --el "¡Por qué no te callas!"-- desbordó todas las previsiones del Ejecutivo español, según la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, mientras que para Moratinos fue uno de los momentos más difíciles de toda su carrera política.