El tema de la financiación autonómica no está, ni mucho menos, cerrado. Sobre la mesa hay en estos momentos 9.000 millones de euros a repartir entre las comunidades. Hoy, la presidenta Esperanza Aguirre mantendrá una reunión "discreta" con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, para tratar de desencallar la financiación.

Que el Gobierno ha puesto el turbo negociador para desenredar de una vez por todas el ovillo de la financiación autonómica es indiscutible. A lo largo de esta semana, el Gobierno habrá establecido los contactos con las comunidades clave. Salgado, que pilota directamente las negociaciones, tendrá probablemente el viernes las piezas completas del puzle, aunque es también posible que algunas sigan sin encajar. El objetivo del Ejecutivo es que cuando José Luis Rodríguez Zapatero regrese de su viaje a Africa, a mediados de la próxima semana, Salgado pueda exponerle el abanico de opciones.

Ayer se reunía en Madrid el Consejo de Política Fiscal y Financiera para fijar el techo máximo de déficit de las autonomías. Aunque en esta reunión no tocaba debatir sobre el sistema de financiación, los consejeros de Economía de las autonomías gestionadas por el PP aprovecharon el foro para criticar cómo Zapatero negocia la reforma del modelo, aunque con sus palabras pusieron en evidencia los intereses encontrados que separan las más ricas de las de menor renta. Los titulares de los departamentos económicos de Madrid y Valencia, Antonio Beteta y Gerardo Camps, lamentaron que se les quiera imponer un techo de déficit sin conocer aún los ingresos de que dispondrán gracias al nuevo modelo. Era la forma de protestar por el retraso. Sus comunidades autónomas son de las más maltratadas por el actual sistema.

"DISTINGO EXCEPCIONAL" Mientras, los dirigentes del PP intentan renovar el enfrentamiento entre comunidades y contra Cataluña a la vista de un posible pacto. Ayer se ganó el premio en esta actitud la secretaria general de PP, María Dolores de Cospedal, que planteó sus dudas acerca de si las comunidades autónomas entenderán "el distingo excepcional" del que se "beneficiará" Cataluña en el marco del nuevo sistema de financiación. Cospedal advirtió de que la nueva fórmula se tiene que aprobar entre todas las comunidades "y no sé si todas van a estar de acuerdo con que haya una que esté por encima de la media, porque entonces otras tendrán que estar por debajo".

La dificultad del PP en cuadrar los intereses de sus comunidades quedó de nuevo en evidencia en la discusión del techo del déficit para el 2010. El Gobierno proponía un 2% frente al 3% que pedían Andalucía, Cataluña y otras comunidades socialistas. Al final se acordó el 2,5%, con duras críticas de los populares, que exigían un 1% en coherencia con el discurso de austeridad del PP. Madrid y Valencia se sumaron al discurso, pero sin cifras.