Tras horas de intensas negociaciones, el Gobierno consiguió ayer in extremis evitar la devolución de los presupuestos del 2007. Ello fue posible después de que CiU y el PNV levantaran sus respectivos vetos en el debate sobre las enmiendas a la totalidad en el Congreso. La federación catalana rectificó su postura sin lograr nuevas inversiones para Cataluña, pese a que pedía 420 millones de euros más.

Los nacionalistas catalanes se conformaron con la promesa del Ejecutivo de pactar con la Generalitat que surja de las elecciones del 1-N el método de cálculo y seguimiento de las inversiones. El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, advirtió a CiU de que las cifras se corregirán si la nueva metodología va en menoscabo del Estado.

El líder del PP, Mariano Rajoy, no escatimó críticas a las cuentas del Gobierno. Acusó al Ejecutivo de haber convertido el debate presupuestario en un "mercado persa" con sus "chalaneos apresurados y negociaciones opacas". ERC mantuvo su veto a los presupuestos, por considerar que contradicen al Estatut.

SATISFACCION Ya en el debate, Solbes presumió de que ni la subida del precio del dinero ni del euríbor han logrado frenar el crecimiento económico. Mostró su satisfacción porque el PIB creció en el tercer trimestre del año por encima del 3,7% del segundo trimestre, por lo que al final del 2006 la tasa superará el 3,5% del ejercicio pasado.

Rajoy reprochó al Gobierno el auge imparable del "ladrillo"; el agravamiento del déficit exterior y del endeudamiento familiar; la pérdida de poder adquisitivo de los salarios por la inflación; "la operación política desastrosa" de las opas sobre Endesa; y la "desgraciada discusión" sobre el reparto territorial de la inversión. Solbes replicó calificando de "tonterías" las críticas de Rajoy.