A José María Aznar no le basta con la cabeza de Josep Lluís Carod-Rovira. Tras la tempestuosa sesión del viernes en el Parlamento catalán, en la que el exconseller en cap explicó sus contactos con ETA, el Gobierno del PP dejó ayer claro que su objetivo es reventar el pacto de izquierdas en Cataluña y acorralar al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ante las elecciones del 14 de marzo.

El ministro portavoz, Eduardo Zaplana, y el candidato del PP a la Moncloa, Mariano Rajoy, fueron elocuentes en ese sentido. En una ofensiva a dos bandas desde Sevilla, donde participaron en un acto electoral, Zaplana instó a Zapatero a "romper" con ERC "si es que todavía le queda alguna autoridad", mientras que Rajoy emplazó al líder socialista a aclarar su posición frente al terrorismo.

"UN PARTIDO" En declaraciones a la prensa, el ministro portavoz argumentó que el problema no se limita a Carod-Rovira, que ya dimitió como conseller en cap y el lunes abandonará el Ejecutivo autonómico para presentarse como cabeza de lista de su partido en las generales. Lo fundamental, según Zaplana, es que "el PSOE gobierna con un partido, porque Carod-Rovira es el secretario general de ERC, que defiende negociar con ETA y decirle a ETA dónde tiene que matar y dónde no tiene que matar".

Para Zaplana, el pacto entre socialistas y ERC constituye un "hecho insólito que no se produciría en ningún país democrático del mundo". "Nadie ve a un partido de los que pueden gobernar cualquier país pactando con una formación que quiera romper su país y que hable con los terroristas", alegó.

El portavoz describió lo ocurrido en la Cámara catalana como un "sainete" y lamentó que Cataluña sea un "chascarrillo permanente". Criticó a Pasqual Maragall por haber dejado abierta la puerta del Gobierno autonómico a Carod Rovira, pese a que el líder de ERC "no se ha arrepentido, ni muchísimo menos ha pedido perdón".

Rajoy se refirió a la crisis catalana durante su intervención en el mitin, antes de desgranar sus propuestas electorales en materia social. El candidato centró buena parte de sus ataques en la afirmación del president de que prefería las "buenas intenciones" de Carod a la "pasividad" del PP frente al terrorismo. Rajoy exigió a Zapatero que aclare si mantiene el pacto antiterrorista que el PSOE firmó con el PP y el Gobierno, y exhortó a la Ejecutiva socialista a "posicionarse".

Respecto al encuentro con ETA, preguntó "qué hubiera pasado si en esa reunión hubiese aparecido la policía francesa y detenido a la cúpula de ETA con el presidente de la Generalitat en funciones". Para Rajoy, contactos de ese tipo "dañan mucho" la estrategia antiterrorista en el plano internacional, ya que no se puede pedir ayuda "para que luego vaya un señor y se reúna con los terroristas".

El líder popular dijo, en alusión a Carod, que en política hay que "tener cabeza, ser más modesto y ser más leal". "¿Realmente creía que iba a conseguir que ETA dejase de matar?", dijo, para ironizar después: "Hay quienes creen que esto es muy fácil, que todo es jauja".

Rajoy se comprometió a mantener la política antiterrorista. Avisó, además, de que, si gobierna, las fuerzas de seguridad tendrán competencias "para actuar en toda España".