El Gobierno envió ayer al Tribunal Constitucional la consulta sobre si la ratificación de la Constitución europea tendrá repercusiones en la Carta Magna española. El Ejecutivo rechaza la convocatoria de un referendo sobre los posibles cambios en la Ley Fundamental de 1978, si bien también consulta este extremo al alto Tribunal.

El texto de las preguntas ha sido "consensuado" con el PP, según destacó la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que se felicitó de que el Ejecutivo siga cultivando el "acuerdo" en lo que atañe a la Euroconstitución.

El Constitucional deberá responder si ambas constituciones son compatibles o si la ratificación de la europea obliga a cambiar la española. En este caso, el tribunal ha de precisar si esa reforma deberá hacerse por la vía sencilla o a través de la disolución de las Cortes y referendo.