El Ministerio de Exteriores consideró el ataque con gas lacrimógeno perpetrado la noche del sábado contra la Embajada de España en Venezuela como "un acto de vandalismo al que no hay que dar la menor importancia". Los agresores pintaron la fachada del edificio con leyendas de apoyo a ETA y al presidente venezolano, Hugo Chávez, cuyo Gobierno condenó ayer el incidente.