Tras analizar a fondo el último comunicado de ETA, el Gobierno no apreció ayer novedad alguna que altere sus expectativas de iniciar un proceso de paz en un plazo aún por determinar. Sin anunciar el abandono de las armas, la nota de la banda no cierra la puerta al fin de la violencia, y de hecho defiende "el diálogo y la negociación" como "única solución". Tanto por estas expresiones como por algunas omisiones --ETA no ratifica, como otras veces, su apuesta por la actividad terrorista--, el Ejecutivo concluye que el tortuoso camino hacia la paz sigue su curso.

Por la fecha en que fue redactado el comunicado --horas antes del atentado del jueves en Vizcaya, que no figura en la lista de reivindicaciones--, el Gobierno asume que responde a las expectativas de paz alentadas el 10 de febrero por José Luis Rodríguez Zapatero. Pero, también, a las informaciones --incluida la de este diario-- sobre la "hoja de ruta" diseñada por el Gobierno cara a un inminente anuncio de abandono de las armas por parte de la banda terrorista.

En una respuesta de manual, el Ejecutivo rehusó ayer hacer una valoración oficial de la nota etarra con el consabido argumento de que el único anuncio que espera de la banda es el de "la renuncia total y definitiva al uso de las armas". Sin embargo, fuentes gubernamentales sí analizaron los entresijos de una misiva en la que apreciaron mucha "literatura etarra", pero ninguna señal que cuestione la "convicción" de Zapatero de que el "principio del fin" del terrorismo está cerca.

ETA, según medios próximos al Ejecutivo, busca ganar tiempo cuando alerta de que la paz no llegará mediante "pasos unilaterales" --en alusión al abandono de las armas--, sino con la adopción de "compromisos firmes y decisiones importantes" a cargo de los "agentes vascos".

COMPATIBLE CON ANOETA El comunicado reclama incluso la apertura de un "proceso democrático desarrollado por todos" basado en "el derecho de los ciudadanos vascos a decidir". Una formulación que el Gobierno juzga "perfectamente compatible" con el proceso que Batasuna abrió en Anoeta en el 2004, cuando propuso una solución al conflicto vasco por vías exclusivamente "pacíficas y democráticas" y sin exclusiones.

Los terroristas exigen un cambio de "estatus político" para el País Vasco. Este es, tal vez, el pasaje más decepcionante para el Ejecutivo, pues la banda sugiere que no dará pasos hasta que las fuerzas vascas abran la negociación sobre el nuevo marco jurídico-político de Euskadi.

Aunque convencido de que el fin de la violencia no tiene marcha atrás, el Ejecutivo asume que algunos mensajes de Zapatero han alimentado las expectativas de un proceso de paz inminente. Zapatero quiso rebajarlas ayer al declarar a Abc que "sería un error histórico tener prisa". El presidente juzgó "conveniente" que ETA anuncie que deja armas, pero apuntó que "el Gobierno tiene muchos elementos para verificar" ese abandono.