El Gobierno instó ayer a Mariano Rajoy a "descrispar " el clima político ante el referendo sobre la Constitución europea que tendrá lugar el 20 de febrero. El Ejecutivo trasladó al PP parte de la responsabilidad en el éxito de la consulta --la primera que se celebra en España en 18 años--, al recordarle que la iniciativa no partió de José Luis Rodríguez Zapatero, sino del anterior presidente, José María Aznar.

Fuentes de la Moncloa lanzaron este mensaje durante la presentación de la campaña divulgativa de la Carta europea que el Ejecutivo pondrá en marcha el 7 de enero. El Gobierno prometió una "agenda política tranquila" en enero y febrero para evitar confrontaciones con el PP, y reclamó a Rajoy que, a su vez, exhiba "sentido de Estado" de cara al referendo, cuya autorización se debatirá el 11 de enero en un pleno del Congreso.

El Ejecutivo no oculta su temor a una baja participación en la consulta, la primera que se celebrará en la UE sobre la nueva Constitución. Poniéndose la venda antes que la herida, las fuentes oficiales destacaron la tendencia a la baja en los referendos convocados en España desde el inicio de la transición. Afirmaron que los partidos están buscando un compromiso que les permita, sin vulnerar la actual legislación, disponer de fondos para sus campañas.

"ESPAÑOLES VERGONZANTES" Mientras, Rajoy se empleó ayer a fondo en desacreditar a los socialistas vascos. Les acusó de convertirse en "nacionalistas templados" y "españoles vergonzantes" por renunciar a sus ideas para "compartir poder" con el PNV. Sentenció que ahora sólo el PP defiende la "idea de España" y advirtió de que su partido no modificará la Constitución.

El presidente de los populares rindió homenaje en Irún (Guipúzcoa) a los 17 miembros de su partido asesinados por ETA. En ese acto, recriminó a los socialistas haber dejado sólo al PP en la defensa del Estatuto de Gernika, ya que el PSE plantea una reforma de ese texto.