Tras solo dos meses, vacaciones de verano incluidas, la reforma laboral del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha culminado hoy en el Congreso de los Diputados su tramitación parlamentaria. La reforma ha salido adelante con los votos en solitario del PSOE, la abstención de CiU, PP y PNV, y el voto en contra de IU-ICV, ERC, cuyos portavoces --Joan Herrera y Joan Tardá-- han aprovechado su intervención en la tribuna del Congreso para justificar la huelga general del 29 de septiembre contra las medidas aprobadas.

En los pasillos del Congreso, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha reconocido que los sindicatos tienen "capacidad de movilización" pero que aún es demasiado pronto para augurar si la convocatoria de huelga será ampliamente secundada o no. Según el presidente "se necesitarán meses para ver los efectos" de la reforma laboral aprobada hoy; "estamos en periodo de aprendizaje", añadió.

En la sesión de hoy del Congreso se han votado las modificaciones introducidas en el Senado. Con la ayuda de IU y de ERC, el PSOE ha logrado echar para atrás cambios que favorecían la utilización del absentismo laboral como causa del despido y que ponían trabas a la conversión en fijos de los trabajadores contratados por obra y servicio durante más de 3 años.

33 DÍAS DE INDEMNIZACIÓN POR DESPIDO

La reforma laboral generaliza el contrato de fomento del empleo (con una menor indemnización por despido, de 33 días) como fórmula de empleo indefinido y precisa que las empresas podrán plantear expedientes de regulación de empleo por causas económicas (con una indemnización menor, de 20 días) argumentando la existencia de pérdidas actuales o previstas o una disminución persistente de ingresos. Además, introduce una subvención al empresario del coste del despido (equivalente a 8 días) a cuenta del fondo de garantía salarial (FOGASA). Para frenar la contratación temporal, se eleva de 8 a 12 días la indemnización por finalización de la relación laboral y se establece en un máximo de 3 años (prorrogables en 12 meses por convenio) la duración máxima de la contratación por obra o servicio.

Además, la reforma laboral favorece los expediente de reducción de jornada como alternativa al despido y amplía la capacidad de actuación de las empresas de trabajo temporal (ETT) y de las agencias de colocación. También se dan facilidades para que las empresas con dificultades se puedan descolgar del convenio colectivo sectorial o territorial en cuestiones tales como subida salarial, jornada o movilidad geográfica. En realidad, la reforma está en vigor desde que el Gobierno aprobó el decreto ley, a mediados de junio. A partir de ahora (cuando la ley se publique en el BOE) también entrarán en vigor las modificaciones introducidas en el Congreso y el Senado (70 enmiendas, en total).

Para el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se trata de una reforma "equilibrada", que respeta "los intereses de empresarios y trabajadores" y de una iniciativa "ambiciosa y de gran calado". El portavoz del grupo popular, José Ignacio Echániz, ha criticado que es "la primera reforma laboral sin el apoyo de nadie". Para el PP, "lejos de una reforma cosmética, se necesitaba una reforma en profundidad" del mercado laboral.

CRÍTICAS DE IU-ICV Y ERC

Para Joan Herrera (IU-ICV), se trata de la reforma "más antisocial y con más pérdidas de derechos de las últimas décadas", que no va a servir "ni para crear empleo ni para reducir la temporalidad", sino para "despedir más barato, debilitar la negociación colectiva y el recorte de los salarios". Joan Tardá (ERC) ha interpretado que "ha ganado la derecha" y ha alertado sobre la próxima reforma del sistema de pensiones, "solo nos queda la movilización, salir a la calle", ha afirmado.

El diputado Emilio Olabarría (PNV) ha destacado la contribución de su grupo para evitar "la descausalización total del despido". Por CiU, Carles Campuzano ha crititicado la reforma por insuficiente, "es una oportunidad perdida" ha opinado. Con la nueva ley "no vamos a tener un sistema laboral más eficiente para la empresa ni más justo para los trabajadores", ha dicho. El portavoz socialista, Jesús Membrado, ha aprovechado su turno para defender la reforma y mostrar "nuestro respecto y consideración" a los sindicatos, "tanto a sus críticas como a la movilización planteada".