Las exhibiciones de fuerza para amedrentar a la sociedad no le servirán de nada a ETA. Ese es el mensaje que el Gobierno vasco quiso trasladar ayer en su primera manifestación oficial desde que el sábado se localizara en Amorebieta (Vizcaya) un zulo de reciente construcción con 50 kilos de material explosivo.

La portavoz del ejecutivo, Miren Akarate (PNV), compareció tras la reunión del Ejecutivo vasco para dejar claro que la actividad de ETA puede generar "preocupación" en la sociedad y en las fuerzas políticas, pero que no servirá para que el proceso de paz avance. "Esta fuera de tiempo y de lugar", sentenció.

Aunque el Departamento de Interior vasco ha evitado cualquier especulación en torno al que sería el primer movimiento de ETA en Euskadi desde la declaración de alto el fuego, Azkarate sugirió que la banda puede haber pretendido asustar. Por eso avisó de que esa presión no servirá para que se den nuevos pasos.

El secretario general del PP, Angel Acebes, expresó ayer su enfado por lo que supone un interés premeditado del Gobierno en restar trascendencia a la localización del zulo en Vizcaya. Durante un acto en Valencia, aseguró que el Gobierno de Zapatero quiere "ocultar" que la banda se está "fortaleciendo y rearmando" gracias al proceso iniciado por Zapatero.

El presidente de la patronal vasca Confebask, Miguel Lazpiur, admitió que la situación se "ha complicado" y reconoció por primera vez que "pueden" estar produciéndose casos de extorsión. Evitó confirmarlos o magnificar su trascendencia y dijo que lo que esperan es que el proceso de paz "acabe bien".