El 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, no fue la única fecha electoral que barajó el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall. Días atrás transmitió al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que barajaba convocar la consulta en un día laborable para alentar la participación. Y el Ejecutivo apoyó la idea, según informaron ayer fuentes gubernamentales antes de que Maragall anunciara la fecha definitiva. Para no repetir la alta tasa de abstención del referendo del Estatut, la Moncloa --como el PSC-- consideraba legítimo convocar las elecciones en día laborable, de modo que los trabajadores hubieran tenido un permiso de cuatro horas para ir a las urnas.