La oposición se llevó las manos a cabeza al ver a Roger Torrent anunciar la candidatura de Carles Puigdemont. «No podemos permitir que una persona que está huida de la justicia, que no ha dado la cara ante los jueces y que se presentó a las elecciones con las siglas de Convergència sea presidente de los catalanes», clamó Inés Arrimadas. La líder de Ciutadans, que anunció que su grupo pedirá a la Mesa que reconsidere la propuesta, consideró que Puigdemont «no puede ofrecer a los catalanes otra cosa que no sea un show mediático». También atizó a Torrent, que considera que «es más de lo mismo, la cara de ERC» y que en vez de ser el presidente de todos los diputados del Parlament «actúa como el representante o el abogado» de Oriol Junqueras o Puigdemont.

Como señaló Torrent en su breve comparecencia, la de Puigdemont era la única candidatura que estaba sobre la mesa después de que Arrimadas no decidiera postularse para al cargo. Algo que no dejó pasar el PP, en su guerra particular con Ciutadans después de que estos se hayan negado a darles un diputado para que puedan formar grupo parlamentario. «El presidente del Parlament propone a Puigdemont como candidato a la presidencia de la Generalitat. Nos hubiese gustado votar a quien ganó las elecciones, pero Cs ni tan siquiera se ha molestado en intentarlo. Una lástima», tuiteó Xavier García Albiol. Arrimadas le rebatió, censurando que populares y socialistas se dediquen ahora a «atacar al único partido capaz de ganar al nacionalismo en las urnas».

El vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, afeó a Torrent que «ha empezado mal» al proponer a Puigdemont, que no va a «ser investido» por ser un «prófugo». Además, rechazó la idea de Torrent de reunirse con Mariano Rajoy porque el presidente del Gobierno «no se tiene que reunir con presidentes de parlamentos autonómicos y más si están proponiendo una ilegalidad fragrante».

El PSC y los comuns fueron los únicos fuera del bloque soberanistas que vieron con buenos ojos el frustrado encuentro entre Torrent y Rajoy. En el PSC han centrado sus abucheos contra Puigdemont y Torrent. Eva Granados reclamó la «reconsideración» de la «equivocación» que supone proponer un candidato que ya ha pedido delegar su voto para la investidura. La portavoz socialista avisó de que si la elección telemática sigue adelante su grupo acudirán al Tribunal Constitucional «porque se vulnerarán sus derechos». Jugada que también repetirán Cs y PP.

Desde Ferraz, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, se sumó a la reclamación de que Puigdemont debe dar la cara y asumir las responsabilidades. De la misma opinión son los morados. Mientras desde Madrid el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, reclamaba a los indedendentistas que salgan del «debate de abogados» y se preocupen «de los garbanzos, llenar la nevera y llegar a fin de mes», desde Barcelona los comuns pedían quitar de la despensa cualquier candidato convergente para que no impregne al nuevo Govern de corrupción.