Peinado policial. La Guardia Civil ejerce un fuerte control sobre las personas vinculadas, o que conocían, a los 10 yihadistas apresados el día 19, acusados de integrar una célula terrorista. Los agentes vigilan los domicilios y lugares frecuentados por paquistanís sin papeles en el barrio del Raval de Barcelona, en busca de pistas de los dos suicidas huidos y un alijo de explosivos.

Más de 50 agentes de los grupos antiterroristas de Madrid y Barcelona participan en el cerco policial con el fin de evitar que elementos yihadistas presentes en Barcelona puedan reactivar la presunta célula terrorista.

Los investigadores de la Guardia Civil no comprenden por qué la célula tenía tres expertos en explosivos, cuando lo habitual es uno. Este extremo les lleva a la hipótesis de que la célula posiblemente iba a partirse en varias, tras reclutar a más radicales.