Tras 12 años de lucha, Jessica, de 15 años, ha sido reconocida por la justicia víctima del terrorismo. Hoy Milagros habla por su hija.

¿Se sienten aliviados?

-- Estamos contentos, se ha hecho justicia después de tantos años de lucha. Casi tiramos la toalla. Hemos estado muchas veces a punto de hacerlo.

¿Les compensan la indemnización de 70.000 euros que les ha concedido la Justicia?

-- Nos hubieran compensado más cuando la niña era pequeña. Ha necesitado clases particulares y todo ha salido de nuestro bolsillo.

¿Se han sentido abandonados alguna vez desde que sufrieron el atentado?

-- Sí. Estábamos a punto de tirar la toalla. La asociación (La delegación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en Cataluña, hoy Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas) nos ha ayudado mucho. La prensa, también nos ha dado su apoyo y ayuda.

¿Y las administraciones?

-- No. Nadie nos ha llamado.

¿Qué estudia Jessica?

-- Tercero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Quiere ser veterinaria, pero la logopeda dice que la universidad le va a costar un montón, así que lo hemos dejado en auxiliar de veterinaria. Ha cogido un cabreo, porque quería ser jefa.

¿Cómo se está tratando a las víctimas del terrorismo en España?

-- Fatal. No se muestra ningún interés por ellas.

¿Las condenas a los terroristas de Hipercor le reconfortan?

-- Si se pudren en la cárcel me doy por satisfecha. Que no salgan.

¿Apoya la cadena perpetua?

-- Sí, sí.

¿Y la pena de muerte?

-- Quizás me lo dejo para mí... Bueno, por mí, sí. ¿No han matado ellos? ¿No han destrozado familias?

¿Por qué costó tanto llegar a esta sentencia?

-- Pensaron: "A ver si se cansan y se acaba". Hace tres años le hicieron una prueba a Jessica para ver si su problema tenía origen genético. La pidió el Ministerio del Interior. Y no salió nada. En mi familia y en la de mi marido no hay nadie sordo.

¿Han vuelto al Hipercor?

-- Tardé mucho. Tres o cuatro años. No voy a comprar, y al párking, ni asomarme. Voy a ver a compañeras. Entrar y salir. Jessica sí suele ir.

¿Desde cuándo sabe lo que pasó?

-- Tardé años en explicárselo. Cuando tenía cinco o seis, le conté que yo trabajaba, que ella estaba dentro de mí, y que unos señores malos pusieron un petardo muy grande.

¿Ha estudiado en colegios convencionales?

-- Sí. Tiene algo de audición, y con los audífonos la aprovecha y se esfuerza en vocalizar. Saca buenas notas. Si no, lo pasa mal.

¿Puede recuperar audición?

-- No hay operación posible, lo hemos mirado.

¿Cuándo supieron que era sorda?

-- A los 14 meses. Yo sabía que lo que iba a venir iba a venir mal. Cuando nació, hermosa, aparentemente estaba bien.

¿Ha pensado en tomarse la justicia por su mano?

-- No soy capaz ni de matar una mosca, pero si me los pusieran delante (a los autores del atentado), quizá terminaría con ellos.

¿Ha visitado Euskadi?

-- Sí, fuimos a Bilbao, porque allí hay una virgen muy bonita que dicen que es milagrosa, la Virgen de Umbe. Jessica era pequeñita. Sé que no hay milagros siempre, pero la llevé. No tengo problemas para ir a Euskadi. Allí hay gente formidable.