La histórica terrorista de ETA Idoia López Riaño, alias 'La Tigresa', saldrá de forma definitiva de prisión este martes, día 13 de junio, tras cumplir la totalidad de sus condenas, según informaron fuentes jurídicas. Ya el pasado año disfrutó de permisos tras valorarse por el juez de Vigilancia Penitenciaria su arrepentimiento, que expresó en varios escritos.

López Riaño integró uno de los comandos más sangrientos de la historia de ETA, el 'comando Madrid' de mediados de los ochenta en el que figuraban otros conocidos terroristas como De Juana Chaos, Soares Gamboa, Antonio Troitiño o Inés del Río.

Perpetraron algunos de los atentados más cruentos de la organización como el de la calle de Juan Bravo o el de la Plaza de la República Dominicana, que acabaron con la vida de cinco y doce guardias civiles, respectivamente. Además, en la cuenta particular de Idoia López Riaño también hay un empresario, un marinero, tres militares (entre ellos Ricardo Sáenz de Ynestrillas) y un policía.

También fue condenada por integrar posteriormente el denominado 'comando Ekaitz' entre el año 1991 y 1992. A ese grupo, en el que también estaba Urrusolo Sistiaga, se le atribuyen acciones terroristas en Zaragoza, Tarragona, Barcelona, Alicante, Valencia y Murcia.

"LAS MUERTES ME DUELEN EN EL ALMA"

"Las muertes de este comando me duelen en lo más profundo del alma y aun más por no haber podido hacer nada por evitarlas. Yo tan solo tenía 20 años y aun así me jugué la vida en ese intento. Me costó siete años de mi vida en Argelia y que se me condenara a una pena terrible", confesó López Riaño en un texto remitido al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, que justificó en este arrepentimiento sus permisos.

"Es absolutamente falso que no asuma mi conducta, no sólo mientras formé parte de ETA, sino igualmente cuando me enfrenté a esa terrible realidad, negándome a seguir por ese camino", decía en otro de sus escritos.

En 2015 el juez central de Vigilancia Penitenciaria José Luis Castro le denegó este mismo permiso de salida alegando que 'La Tigresa' -acogida desde hace años en la denominada 'Vía Nanclares'- tan sólo reconocía dos de los 23 asesinatos por los que cumple condena. Además, los justificaba diciendo que sus víctimas eran un traficante de drogas y el otro, un miembro de los GAL.