Tarde, pero todo llega. Una sensación reconfortante, pese a la tardanza, recorrió ayer a las familias de las 10 personas, la mayoría mujeres y niñas, que murieron la tarde del 29 de mayo de 1991 en la casa cuartel de la Guardia Civil en Vic. El Gobierno central, la Generalitat catalana y la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) se unieron para rendir homenaje, en un sencillo y emotivo acto, a las víctimas del segundo atentado más sanguinario de ETA en Cataluña. Una placa recordará para siempre a los fallecidos. Ahora, 18 años después. No pudo ser antes.

EMOCION DE LAS FAMILIAS El intenso calor no restó ni un ápice de emoción a las familias de los asesinados y a los representantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que se dieron cita. Guardias civiles, policías nacionales y mossos honraron también a sus compañeros muertos, desoyendo la indicación de los sindicatos y asociaciones mayoritarias de estos cuerpos, que se habían desmarcado del acto por considerarlo una utilización partidista "vergonzosa" de las víctimas del terrorismo. Tres guardias civiles fallecieron en el brutal atentado de hace 18 años. El resto de víctimas fueron cinco estudiantes (entre ellos, cuatro niñas) y dos amas de casa.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el presidente de la Generalitat, José Montilla, presidieron el acto, que se inició con una ofrenda floral "en recuerdo de todas las víctimas del terrorismo", según reza en la placa conmemorativa.

Todas las autoridades subrayaron la necesidad de rendir tributo a las víctimas, aunque a veces este llegue demasiado tarde. Rubalcaba confesó sentirse "apesadumbrado" ante los familiares de los asesinados por no haber conseguido "erradicar" el terrorismo. En este sentido, el ministro advirtió de que, pese a los importantes avances policiales, "ETA aún puede hacer mucho daño", aunque se mostró confiado en que, "más pronto que tarde", la banda será "el pasado".

Tras afirmar que el Gobierno no retrocederá "ni un paso" en la lucha contra ETA, Rubalcaba prometió a las víctimas "darles el lugar que se merecen, apoyarlas, respetarlas y reivindicar su memoria".

Montilla calificó el homenaje como "un acto de recuerdo merecido y memoria necesaria" e insistió en que la derrota del terrorismo requiere "democracia y unidad cívica y social".

DESPOLITIZACION DEL ACTO Precisamente, el presidente de la ACVOT, José Vargas, aseguró que nunca han permitido, ni permitirán, "la utilización política del dolor de las víctimas, ya que sería prostituir su recuerdo y su dignidad".

En realidad, el homenaje llega tras un tira y afloja entre la ACVOT y las autoridades locales, que siempre han manifestado ciertas reticencias a recordar un tema tan sensible. Pese a que Vic es la segunda ciudad de Cataluña con más víctimas del terrorismo, el anterior alcalde, Jacint Codina (CiU), argumentó que un homenaje a guardias civiles podría "reabrir heridas", ya que el municipio nunca ha celebrado un acto institucional en recuerdo a las víctimas de la guerra civil o el franquismo.

El actual alcalde, Josep Maria Vila d´Abadal, también de CiU, intentó acercar posiciones con la ACVOT, y llegó a acordar la celebración de un acto conjunto en octubre del 2007.

CALLE POLEMICA Pero pocos días antes, el consistorio aprobó dedicar una calle al fallecido Lluís Maria Xirinacs, figura del independentismo catalán que, en el 2001, se había declarado "amigo de ETA". La ACVOT puso el grito en el cielo y decidió posponer el homenaje. De la calle a Xirinacs no se ha vuelto a hablar nunca más. El homenaje a los inocentes se hizo ayer, por fin.