Las autonómicas vascas se celebrarán el mismo día que las gallegas, esto es el 1 de marzo. Juan José Ibarretxe despejó ayer la incógnita tras barajar que los beneficios de esa coincidencia pueden ser mayores para el PNV porque además de rebajar la presión mediática sobre los comicios, cuya campaña empezará el 13 de febrero, podría agudizar las contradicciones en los socialistas, obligados a contemporizar con el nacionalismo en Galicia mientras en Euskadi son aspirantes a quitarle el puesto a Ibarretxe.

La jugada del lendakari adquiere un especial significado cuando las últimas encuestas sobre intención de voto, en concreto el Euskobarómetro que realiza la universidad pública, habla de un empate técnico entre el PNV y el PSE. El mismo sondeo adelantó como previsible la alternancia en el Gobierno vasco si el PP decidiera apoyar como lendakari al candidato socialista.

DIFICULTADES PARA PSOE y PP Ibarretxe ha calculado que el obligado enfrentamiento de socialistas y populares en Galicia, donde compiten por la presidencia de la Xunta, haría difícilmente comprensible en España que las cabezas visibles del PSOE y del PP mantuviesen a la vez un mensaje ambiguo sobre la gobernabilidad en Euskadi. "O hay rivalidad entre socialistas y populares o todo es un teatro para acaparar poder. Ellos tendrán que aclararlo", comentaba ayer en Bilbao un líder nacionalista. El lendakari se había comprometido a celebrar en marzo las autonómicas. Todo apuntaba a que se inclinaría por el último domingo atendiendo a la petición de los partidos socios de Gobierno que, tras el varapalo sufrido en las generales, le solicitaron que prolongara al máximo la actividad política para poder sobreponerse al golpe.

El PNV deseaba además alejar al máximo la jornada electoral del 25 de octubre, fecha de la fallida consulta promovida por el Ejecutivo. Los socios de EA y EB se enteraron el jueves tras una llamada del propio lendakari convocándoles al consejo extraordinario que se celebró ayer. barretxe aprovechó su comparecencia para felicitarse por el trabajo del tripartito en una legislatura "intensa". También se negó a considerarse "frustrado" por la prohibición de la consulta.