Juan José Ibarretxe acompasó ayer los tiempos de la política en Euskadi con los marcados por José Luis Rodríguez Zapatero respecto a la apertura del diálogo con ETA. Si el presidente del Gobierno habló de pedir autorización al Congreso antes del verano para negociar con la banda terrorista, Ibarretxe anunció que será hacia septiembre cuando convoque la mesa de partidos vascos que debe abordar el futuro del autogobierno en Euskadi.

Sin embargo, a tenor de cómo se desarrolló la sesión del Parlamento de Vitoria en la que el lendakari hizo su anuncio, Ibarretxe no lo va a tener fácil. Fueron los socialistas vascos los que con más dureza acusaron al lendakari de buscar un protagonismo que no le corresponde. Aunque se presumía que las fuerzas políticas vascas que apoyan el inicio del proceso de paz estarían más o menos de acuerdo en cómo responder unidos a un anuncio de tregua de ETA esperado desde hace mucho tiempo, los vaticinios fallaron. En el primer pleno del Parlamento vasco se volvió a repetir la trifulca.

El lendakari aprovechó una pregunta de la presidenta del PP vasco, María San Gil, para reiterar su "alegría" por la situación creada con el anuncio etarra. Y fue en ese momento cuando dijo que después del verano pondrá en marcha la mesa de partidos, en la que también se sentará Batasuna. Será, pues, un diálogo paralelo al que mantendrá el Gobierno con ETA sobre los presos y la entrega de las armas.

Pero la precisión hecha por el lendakari molestó a los socialistas vascos. Su secretario general, Patxi López, consideró que Ibarretxe "corre mucho", y el coordinador del PSE, Rodolfo Ares, le acusó de intentar obtener "rédito electoral", ya que en septiembre empezarán los preparativos para las elecciones municipales de la primavera del 2007.

LEALTAD La respuesta de los socialistas, a su vez, irritó al Gobierno vasco, hasta el punto de que su portavoz, Miren Azkarate (PNV), difundió una nota de prensa en la que solicitó al PSE que sea "leal" con las instituciones vascas y "vaya de cara". El comunicado pone a Zapatero como ejemplo de buena voluntad para contraponerlo a Ares, que queda "en evidencia". Y añade que que el Ejecutivo vasco "ha sido y será" un "agente activo" para que la paz sea "irreversible".

Al dardo de los socialistas se sumaron los reproches habituales del PP. San Gil acusó a Ibarretxe de hacer un "papelón" al "quedar fuera" de las negociaciones entre el Gobierno y ETA.

Medios políticos reconocieron que "si el temporal no amaina en estos meses, el sosiego será después más difícil", con lo que aumentarán las dificultades para el trabajo de la mesa de partidos y para lograr acuerdos.