El lendakari, Juan José Ibarretxe, reivindicó ayer su protagonismo y el del Gobierno vasco en el proceso de paz en ciernes con la presentación del bautizado como Plan de Paz y Convivencia . Un proyecto que incluye desde una ley de solidaridad con las víctimas hasta la prevención de la tortura a los detenidos o el acercamiento de los presos etarras a Euskadi. Concebido como proyecto estrella del tripartito vasco en la nueva etapa, Ibarretxe ha decidido al final buscar el acuerdo con la oposición y remitirá la propuesta al Parlamento para propiciar el consenso.

"Queremos sumar y no restar", dijo Ibarretxe al presentar las líneas maestras del plan, cuyo contenido se explica en más de un centenar de folios. El proyecto, que ha sufrido varias modificaciones en su preparación durante los últimos seis meses, afecta a materias consideradas muy sensibles que han sido habitual motivo de enfrentamiento entre los partidos vascos. Para Ibarretxe, el plan trata de crear las "condiciones favorables" para una verdadera reconciliación en Euskadi y reconoció que lograr ese objetivo precisará tiempo.

Aunque el plan se remitirá la semana próxima a la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento para que los grupos acuerden cómo tramitarlo, se da por seguro que el debate se prolongará después del verano. Las medidas propuestas, en principio, se centran en cinco ejes:

DERECHOS HUMANOS. La defensa y promoción de todos los derechos humanos está en la base del plan. Se aboga por apoyar programas de sensibilización social de respeto a los derechos humanos, así como un acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para desarrollar programas de formación de expertos en esta materia. Se incorpora un compromiso del propio Ibarretxe como fue la creación de un Observatorio Internacional de Derechos Humanos, proyecto que definió Federico Mayor Zaragoza y que rechazaron el PP y el PSE.

VICTIMAS. A partir del reconocimiento "total e incondicional" a las víctimas del terrorismo como exponente máximo de la injusticia, se les pide "perdón" por los olvidos y se reconoce su papel "esencial" en el proceso de paz. Además de la elaboración de la ley de solidaridad, el plan aboga por consolidar el diálogo y acercamiento de las administraciones públicas a las víctimas. El proyecto incluye desde prestaciones materiales a los afectados a "reconsiderar" el nomenclátor de algunas calles que resulte ofensivo para las víctimas (hay muchas con nombres de miembros de ETA). Asimismo, propone la elaboración de un "código ético" para el tratamiento informativo del terrorismo en los medios de comunicación.

MEMORIA HISTORICA. El derecho a la reparación moral y económica de las víctimas del franquismo se articula en una serie de actuaciones entre las que destaca el programa-homenaje con motivo del 70º aniversario de la rebelión franquista. Y se propone la recuperación de archivos, programas de compensación económica e iniciativas políticas contra la dictadura.

DERECHOS CIVILES. En este punto, el proyecto plantea campañas de sensibilización e iniciativas parlamentarias. Entre ellas, la de modificar normas que restrinjan o vulneren los derechos civiles y políticos, en una alusión implícita a la derogación de la ley de partidos que permitió ilegalizar a Batasuna. También se aboga por medidas a favor de la libertad de información que dejen clara la "gravedad" del cierre de medios de comunicación como Egin y Egunkaria .

TORTURA Y PRESOS. La lucha contra la tortura y la defensa de los derechos de los detenidos y presos es el quinto y último eje del plan. Recoge la necesidad de "instar al Gobierno español" a elaborar un plan de acercamiento de presos. También pide una reforma del reglamento penitenciario que recoja el derecho a cumplir condena en el centro más próximo al domicilio, y el desarrollo de la ley del sistema universitario para favorecer el acceso de los presos a la universidad. El plan del Gobierno vasco acaba con una propuesta genérica de "Educación para la paz y la reconciliación" para los estudiantes de Euskadi.