El Palacio Euskalduna de Bilbao acogió ayer el primer acto institucional de apoyo y reconocimiento a las víctimas de ETA. Han sido necesarias décadas para que el Gobierno vasco organizara este homenaje, sin precedentes en Euskadi, en el que el lendakari, Juan José Ibarretxe, pidió perdón porque el reconocimiento llegaba "tarde" y porque "los vascos no han sabido estar a la altura de las circunstancias".

Unas 1.500 personas, entre ellas varios cientos de víctimas, participaron en la ceremonia organizada por el Gobierno vasco para compensar tantos años de olvido con "justicia, memoria y reconciliación". Después de la proyección del documental Sin vendas en la memoria , elaborado con testimonios personales, el lendakari leyó una declaración institucional, nacida del tripartito PNV-EA-EB y consensuada con el PSE, en la que expresó el compromiso de que el acto de ayer será el "punto de partida" para atender mejor a las víctimas.

Al homenaje no se sumaron ni el PP ni la izquierda aberzale. Tampoco tuvo el respaldo de las asociaciones de víctimas AVT y Covite. Sí se unieron, en cambio, víctimas procedentes de distintos punto de España, como Galicia, Andalucía, Extremadura y Cataluña, además del País Vasco. No faltaron los principales dirigentes del PNV y el PSE, cuyos líderes, Josu Jon Imaz y Patxi López, entraron juntos. Entre decenas de representantes sociales, destacó la presencia de los exlendakaris José Antonio Ardanza y Carlos Garaikoetxea.

HOMENAJE TARDIO Ibarretxe reconoció que este desagravio "llega tarde" y que difícilmente servirá para restañar por completo unas heridas "de muchos años de antigüedad". En tono autocrítico, admitió que, pese a las muestras de cariño individuales hacia las víctimas, la sociedad vasca no ha sabido dar apoyo colectivo a quienes han sufrido la violencia: "No supimos estar a la altura de las circunstancias", subrayó el presidente de Euskadi.

Ibarretxe prometió también a los presentes del acto que "a cambio de su sacrificio" se afanará en conseguir "lo único que puede compensar tanta pérdida inútil: una paz justa para todos". Recordó que, después de cada funeral, independientemente de la ideología de la víctima, en su entorno familiar siempre ha emergido la misma petición: que sea la última muerte.

La declaración institucional también incluyó unas líneas para criticar la utilización partidista que se hace de las víctimas del terrorismo. Ibarretxe denunció que esta manipulación "lleva inexorablemente a la confrontación política", y sin citar directamente al Partido Popular, defendió "el respeto" a la pluralidad y los sentimientos del colectivo.

INOCENCIA RADICAL En su intervención, el presidente del Ejecutivo del País Vasco insistió además en la necesidad de que se honre la memoria de todos los fallecidos por la violencia de ETA, "que nunca tuvo justificación". Ibarretxe también proclamó "la radical inocencia" de las víctimas a pesar del muro de silencio que se edificó en Euskadi durante años.