Hay más puntos de acuerdo que motivos de disputa. La reunión entre el presidente del Gobierno y el lendakari constató un acercamiento del nacionalismo vasco al Ejecutivo socialista cuya primera concreción tiene muchos visos de ser el apoyo del PNV a los presupuestos del Estado del 2006. Pero este acercamiento aspira a convertirse en una relación más estable en el futuro, esencial para encarar un eventual proceso de pacificación en Euskadi.

El Ejecutivo tomó nota de la "predisposición" expresada por Juan José Ibarretxe para que los nacionalistas vascos respalden las cuentas del Estado. A cambio, José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió a resolver los "flecos" pendientes para rematar el acuerdo sobre el cupo (la aportación anual de Euskadi al Estado por los servicios que éste presta en ese territorio), y a estudiar las peticiones del lendakari sobre infraestructuras y transferencia de competencias.

CONTENCIOSOS RESUELTOS El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, que ofreció a los medios de comunicación la versión gubernamental de la reunión, anunció que ese acuerdo se concretará el sábado en la conferencia de presidentes autonómicos que se hará en el Senado. Sevilla también informó de que han sido resueltos los otros dos "contenciosos heredados" del Gobierno del PP: los gastos originados por la catástrofe del Prestige y por la ampliación de la plantilla de la Ertzaintza.

Sevilla no quiso pronunciarse sobre un posible apoyo del PSE a los presupuestos de Ibarretxe, en contrapartida por el presumible respaldo del PNV en Madrid. "Eso es cosa aparte", declaró, pero recordó que dirigentes del PSE ya han mostrado su "actitud abierta" a apoyarlos.

La reunión dejó también patente que ambos dirigentes apuestan por lograr la paz en esta legislatura, aunque discrepen sobre cómo conseguirlo. Y que la "normalización de relaciones" practicada por Zapatero --es la cuarta vez que recibe a Ibarretxe en año y medio-- acerca el acuerdo con el PNV que persigue el Gobierno para "reforzar" su estabilidad parlamentaria. Por eso el Ejecutivo destacó la cordialidad de la reunión y "el diálogo fluido y sincero" entre ambos. Y soslayó las diferencias que mantuvieron sobre "el proceso de normalización" en el País Vasco, es decir, la hoja de ruta para conseguir la paz. Ibarretxe se negó a comparecer ante la prensa y ofreció su versión mediante un comunicado. Ese resumen coloca la pacificación como el principal asunto tratado en la entrevista, informa Ana Garbati.

MESA "SIN EXCLUSIONES" Ibarretxe defendió ante Zapatero la necesidad de incluir a Batasuna en la mesa por la paz "sin exclusiones". El jefe del Gobierno central incidió ante el lendakari en la actual condición de "ilegal" de la formación aberzale radical. "Batasuna es un partido ilegal y debe ser tratado como tal", resumió Sevilla.

Según la nota del lendakari, éste insistió en que someterá a la "voluntad de los vascos" cualquier "proyecto" que "conduzca a la normalización". El Gobierno opinó que "la normalización" llegará cuando "desaparezca el elemento anormal, ETA". Y mientras exista, Sevilla descartó que se transfiera la política penitenciara como pide Vitoria.