En esos términos deportivos que tanto gustan ahora a los socialistas para llamar a la remontada ante el PP, Marcelino Iglesias sería el fichaje de invierno al que se le encomienda labores muy determinadas para que el equipo coja otra vez fuelle. En los últimos tiempos, el PSOE ha sido un conjunto algo desconectado del Gobierno --muchos dirigentes del partido no terminaban de ver el discurso socialista en un Ejecutivo volcado en los recortes económicos-- y desafinado en los distintos territorios, con presidentes autonómicos pidiendo "medidas contundentes" ante la probable "catástrofe electoral" (el castellanomanchego José María Barreda) o líderes regionales pidiendo a José Luis Rodríguez Zapatero que diga "ya" que se presentará en el 2012 (el madrileño Tomás Gómez). El nuevo secretario de organización trata de arreglar todo esto.

Tres pruebas. Por un lado, Iglesias, cuyo puesto al frente de la presidencia aragonesa durante las tres últimas legislaturas le otorga mucho mayor peso en las comunidades del que tenía su antecesora, Leire Pajín, se reunirá hoy con tres ministros y hará lo mismo en los próximos días con otros miembros del Gobierno. "Serán reuniones discretas porque así se trabaja mejor. Lo que menos necesitamos ahora mismo son fotos", dijo el secretario de Organización, que ayer debutó en una ejecutiva socialista plácida tras los profundos cambios en el Gobierno. Por otro, la semana que viene viajará a Sevilla para hablar con el presidente andaluz, José Antonio Griñán, un encuentro que irá repitiendo por toda España.

LA CITA QUE PEDIA BARREDA Y por último, el 9 de noviembre, el PSOE celebrará su consejo territorial, que agrupa a los mandatarios autonómicos y a los secretarios generales del partido en las comunidades, una cita que llevaban tiempo reclamando dirigentes como Barreda. La convocatoria tiene un doble objetivo. El primero, coordinar los mensajes ante las inminentes elecciones autonómicas y municipales que tendrán lugar el próximo mayo. Los comicios se interpretan desde el PP y algunos sectores del PSOE como un reflejo de lo que ocurrirá en las generales del año siguiente, pero Zapatero insiste en que se puede obtener un resultado malo en el 2011 y otro bueno en el 2012. Ese, al menos, fue el mensaje que el presidente del Gobierno trasladó al PSOE en el comité federal del pasado sábado.

"NUEVA AGENDA SOCIAL" Y el segundo, explicó ayer Iglesias, será tratar a fondo esa "nueva agenda social" anunciada por Zapatero hace tres días para "atender" a los más desfavorecidos por la crisis. Fue el del líder de los socialistas un anuncio poco concreto, pero ayer, durante la ejecutiva, afinó un poco más: abogó, de acuerdo con miembros del organismo, por una mejor coordinación de las políticas de empleo entre el Gobierno central y las comunidades.

"Estamos en la segunda parte de un partido que algunos daban por perdido", sostuvo Iglesias. A unos 400 kilómetros al norte de Ferraz, la sede central del PSOE, el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pé- rez Rubalcaba, también echó mano del símil deportivo para lanzar la misma idea, en un ejemplo de esa armonización entre el Gobierno y el PSOE que ha buscado Zapatero al hacer cambios en uno y otro. "Se pueden salvar dos match-ball y ganar el partido --dijo Rubalcaba en Santander, durante un encuentro con empresarios en el que el nuevo hombre fuerte del Ejecutivo volvió a incidir en la idea de que el PP es una formación perezosa--. En política las cosas van tan deprisa como en economía. Queda mucho, estamos dispuestos a trabajar y no estoy seguro de que nuestro adversario esté dispuesto a trabajar tanto".