No hubo pregón del etarra y la fiesta de la localidad vizcaína de Igorre se inició en paz, con la explosión de un cohete a las siete de la tarde y sin discursos. Tal y como se confirmó desde el ayuntamiento gobernado por la ilegalizada ANV, el etarra Guillermo Marañón, Txiki, condenado a 24 años de cárcel por intentar asesinar al exconsejero de Interior Juan María Atutxa (PNV) cinco veces, no leyó el pregón. Algunos vecinos del ex-preso --salió de la cárcel el 12 de abril-- mostraban pegatinas en las que junto a un corazón se leía "Txiki, maite zaitugu" (te queremos), la expresión usada por la alcaldesa de Hernani, condenada, por ensalzar a dos etarras.

El Delegado del Gobierno en Euskadi, Mikel Cabieces (PSE), se felicitó del efecto de su iniciativa de recurrir la decisión adoptada por la comisión de fiestas de nombrar pregonero al etarra. La suspensión cautelar del pregón por parte del Tribunal Superior resultó clave para impedir el acto porque Marañón se exponía a ser detenido de nuevo. El alcalde Galder Olivares, había garantizado que se cumpliría el auto y así se lo comunicó al consejero de Interior, Rodolfo Ares (PSE). El dispositivo de vigilancia fue muy discreto en el inicio de la fiesta, sin presencia de ertzainas de uniforme. Algunos asistentes portaban carteles contra el PNV, pero al final no los exhibieron.