"Es verdad que David venció a Goliat. Pero esto ocurrió hará unos 3.400 y solo ocurrió una vez. Por esto está en la Biblia, porque solo ocurrió una vez". Así de pedagógico se mostró Josu Jon Imaz en la escuela de verano de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), ayer en Barcelona. El aún presidente del PNV expuso con este ejemplo bíblico los motivos que le han llevado a defender que las relaciones entre los nacionalismos y el Gobierno central vayan por "el camino de la convicción y la cooperación" en lugar de hacerlo por "el de la confrontación". Lo dijo con claridad: "Lo defiendo no solo por convicción, sino porque con la confrontación perdemos".

Y no se quedó aquí. Imaz apostó por intentar convencer a la sociedad española de que el proyecto de los nacionalismos pasa por compartir con el conjunto de España una idea de pluralidad que respete la lengua, la cultura y la singularidad. Este reconocimiento, señaló, "es la mayor garantía para la propia estabilidad del Estado".

MOTIVOS PARA QUEDARSE Muy lejos de posiciones soberanistas, Imaz aseguró que un Estado plurinacional, pluricultural y plurilingüe permite afrontar el futuro con fortaleza. El político nacionalista envió un mensaje al resto de los españoles sobre la necesidad de entender las ventajas de su propuesta: "Nadie busca irse de un entorno en el que se le acepta como es", explicó.

Las cosas no serán fáciles, advirtió Imaz, para quien el camino de la cooperación con el Estado no estará exento "de alguna confrontación". En el caso concreto del País Vasco, el todavía presidente del PNV abogó por "un pacto interno en la sociedad vasca" para llevar adelante "un proyecto de país".

Imaz fue despedido con una atronadora y larga ovación por parte de los militantes de CDC. La misma intensidad se produjo 25 minutos después cuando Artur Mas finalizó su discurso, muy diferente al de Imaz. En este dejó bien claro que el proyecto de CDC busca alcanzar "las más altas cotas de autogobierno" y "subir tan alto como se desee, sin ponerle límites".

MODELO FEDERALISTA Pese a haber sido aplaudidos con el mismo entusiasmo, quedó claro que las posturas de Mas y de Imaz no eran precisamente iguales. Si del presidente del PNV se podría decir que defendió un modelo federalista avanzado, el líder convergente pareció encontrarse más a gusto en los límites del soberanismo.

Mas llegó a matizar una de las afirmaciones de Imaz en la que este apostaba por la necesidad de "gustar y convencer" a los españoles. "Sí, gustar y convencer, pero sobre todo hay que hacerse respetar", remarcó. La cita de ayer reunió, además de a Imaz (PNV) y Mas (CiU), a Anxo Quintana, líder del BNG. Los tres partidos que representan configuran el bloque Galeusca, convertido ahora en Galeuscat, una alianza de nacionalistas gallegos, vascos y catalanes que viene de lejos pero que, hasta ahora, ha proporcionado más reflexiones teóricas (en especial la Declaración de Barcelona, en el año 1998) que actuaciones concretas.

Los tres defendieron la necesidad de unificar esfuerzos para después de las próximas generales. Todos ellos abogaron por llegar a acuerdos para negociar con el partido (PSOE o PP) que obtenga la mayoría electoral. "Tendremos mucho que decir sobre el futuro presiente del Gobierno", recalcó Quintana.