El presidente del Partido Popular en Baleares, José Ramón Bauzá, ha desatado una pequeña tormenta al decidir no incluir a militantes imputados en las listas del partido en las próximas elecciones. Ha sido una decisión "muy meditada", "absolutamente mía" y que "no tiene marcha atrás", dijo ayer.

El líder conservador en las islas reconoció que su decisión ha podido "generar una cierta injusticia a determinadas personas", aunque, según destacó, no plantea el proyecto de su partido en "personalismos", puesto que se basa en las "demandas de la sociedad".

Las reacciones dentro del PP no se hicieron esperar. El portavoz popular en el Consejo insular, Jaume Font, pidió a Bauzá que reflexione acerca de su decisión y le instó a buscar fórmulas para llegar a un acuerdo para que "lo que se quiere vender como un ejercicio de limpieza no acabe escondiendo, en realidad, una caza de brujas disfrazada de renovación a la carta". Font está imputado en el caso Plan Territorial de Mallorca .

Desde el cuartel general central del PP llegaron reacciones a la medida. El vicesecretario de comunicación, Esteban González Pons, mostró su respeto por la decisión de Bauzá, ya que, afirmó, "no tiene una tarea fácil y lo está haciendo con interés y claridad". "Baleares necesita decisiones valientes", apuntó en declaraciones a TVE.

Sin embargo, la iniciativa del PP balear no sentará en principio una línea de actuación del partido aplicable al resto de comunidades, si bien González Pons recordó que "el resto de partidos regionales también tienen esa autonomía".

En este contexto, el dirigente popular afirmó que el presidente valenciano, Francisco Camps --presuntamente implicado en irregularidades por el caso Gürtel --, es el "candidato natural". A su juicio, las encuestas demuestran una "opinión satisfactoria" de los ciudadanos sobre la gestión de Camps.