Los partidos independentistas vascos están dispuestos a dar la cara por la izquierda aberzale ilegalizada y pescar en un río actualmente muy revuelto. El primer paso por la unidad de acción en defensa de los herederos de Batasuna se plasmó ayer y solo el PNV se quedó fuera. La iniciativa acordada por Eusko Alkartasuna, Aralar y AB (escisión francesa de Batasuna) para responder a la prohibición, por parte de la Audiencia Nacional, de la manifestación convocada por la asociación de familiares de presos Etxerat fue otra marcha en el mismo sitio (Bilbao), el mismo día y con el mismo motivo: reclamar los derechos de los reclusos etarras.

Pero aunque el desafío a la decisión de la justicia no llevó la firma del PNV, su portavoz en el Parlamento vasco, Joseba Egibar, quiso dejar claro que su partido también está contra la actual política penitenciaria y a favor del acercamiento de los presos a cárceles de Euskadi. Y es que el PNV sabe bien que todo lo relacionado con los presos de ETA tiene un especial significado en el mundo de la izquierda aberzale. De hecho, una de sus iniciativas más arriesgadas durante la tregua de 1998, que el PNV negoció con la banda, fue precisamente la de manifestarse junto con los seguidores de Batasuna en defensa de los presos.

USO POLITICO Por eso, no resultó extraño que solo 24 horas después de que trascendiera la resolución del Tribunal Supremo contra las ayudas que el Gobierno de Juan José Ibarretxe mantuvo para sufragar las visitas a los etarras encarcelados, Egibar dijera que los reos son "utilizados" como parte de la política antiterrorista. El portavoz del PNV admitió como "importante" y "relevante" el momento en que se había previsto desarrollar la manifestación. Justo una semana después de que el autodenominado colectivo de presos políticos de ETA anunciara en el diario Gara su intención de dar a conocer nuevas iniciativas, que coinciden con el intenso debate interno aberzale. Además, han trascendido los movimientos en sectores de presos veteranos y con gran relevancia en la banda que abogan por poner fin a la lucha armada.

"A determinadas iniciativas siempre se enfrentan con la negación", se quejó ayer Egibar. Durante una intervención en la radio pública vasca, el dirigente peneuvista sugirió que la prohibición de la marcha forma parte de una serie de actuaciones promovidas desde los poderes del Estado para "cortar las salidas que determinadas problemáticas pueden tener".

Al mentar esta especie de mano negra que pretendería interferir en el actual debate de la izquierda aberzale, Egibar aludió al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y al aviso que lanzó el lunes pasado sobre un previsible e inminente "secuestro espectacular".

Ayer mismo, el ministro defendió su sorprendente anuncio, pero no quiso añadir ni un solo dato más. Lo que sí hizo Rubalcaba fue confirmar su "respeto" a la decisión del Tribunal Supremo que declara ilegales las ayudas a los familiares de los presos para acudir a visitarlos y confirmar su respaldo al nuevo Gobierno presidido por Patxi López, que ha decidido suprimirlas del presupuesto autonómico.

Ni el ministro ni los socialistas vascos se pronunciaron ayer en torno a la marcha convocada en Bilbao. El Departamento de Interior vasco no consideró necesaria su prohibición, aunque con posterioridad confirmó que adoptará las medidas precisas para dar cumplimiento a la decisión de la Audiencia Nacional. La posterior convocatoria de urgencia, con el mismo lema y nuevo recorrido por parte de los partidos independentistas, fue acogida con silencio. Pero el PP consideró una "vergüenza" que fuerzas como EA y Aralar respaldaran la marcha.