Bono y Rumsfeld se demostraron su simpatía personal en el encuentro de ayer en el Pentágono. Rumsfeld, con fama de hombre serio y distante, aceptó el ofrecimiento de Bono de intercambiar las insignias de sus solapas, unos pins con las banderas de España y de EEUU. Rumsfeld hizo un corrillo con Bono y los periodistas españoles y, tras contestar a las preguntas y despedir al ministro, dijo: "Me gustaría seguir aquí, tomando el sol con vosotros".