Un total de 380 armas de guerra fueron interceptadas el lunes en el buque Münich, que fue obligado a atracar en el puerto de Barcelona cuando navegaba por aguas españolas frente a la costa catalana. El barco había cargado la mercancía en Pusan (Corea del Sur) y tenía previsto descargarla en Dakar (Senegal).

Los servicios de inteligencia españoles dieron el aviso a la Jefatura Superior de Policía de Cataluña de un supuesto cargamento ilegal de armas. Los inspectores del grupo de Crimen Organizado (UDYCO) aguardaron que el barco entrase en aguas de jurisdicción española para interceptarlo y obligarlo a entrar en el puerto barcelonés.

CONTENEDOR SOSPECHOSO

Una vez amarrado, el titular del Juzgado de Instrucción número 19 de Barcelona ordenó que se abriese el contenedor sospechoso. Los agentes encontraron en su interior 280 subfusiles y 100 fusiles de asalto, además de munición y manuales de uso.

La policía interrogó a los oficiales y a la tripulación del barco, que aseguraron desconocer el cargamento ilegal. Los responsables del carguero colaboraron en todo momento con las autoridades españolas, a las que facilitaron la documentación, supuestamente falsificada, para tratar de justificar el transporte. Afirmaron que en el citado puerto coreano cargaron varias decenas de contenedores, carga que creyeron que había sido verificada por las autoridades de ese país. Puntualizaron que no les corresponde a ellos comprobar que la documentación se corresponda con el contenido de los contenedores. El juez les autorizó a zarpar y ya se encuentran en aguas africanas.

NINGUNA DETENCION

La policía no efectuó ninguna detención porque considera que los marineros eran ajenos al tráfico de armas. Las personas interrogadas aseguraron que el buque no tenía previsto parar en España. Esta versión coincidía con las informaciones recabadas por los servicios secretos españoles, que tuvieron siempre la certeza de que las armas no tenían como destino España, sino un país africano en situación bélica.

Fuentes de Aduanas de la Agencia Tributaria y de la policía que inspeccionaron la carga sostienen que el destino de las armas era probablemente las guerrillas de Costa de Marfil o Senegal.

Militares del Ejército de Tierra se han quedado en depósito las armas incautadas. En el interior del contenedor, de 40 pies de largo, se encontraban los 280 subfusiles ametralladores, del tipo K1A y calibre 5,56 milímetros, así como los 100 fusiles de asalto K2, del mismo calibre.

Todas las armas llevaban su correspondiente manual de instrucciones y un kit de limpieza y mantenimiento.