No hay pruebas, de momento, que avalen la presencia del nuevo jefe militar de ETA, Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias Ata , en el macrocomando que, tras un robo de coches, asesinó el martes al jefe de brigada Jean-Serge Nérin, cerca de París. Pero se le intuye. Lo sospechan los responsables de la lucha antiterrorista en España que saben lo mucho que le gusta tirar de gatillo a este pamplonés de 36 años, huido desde octubre del 2003, y que ha impuesto en la banda la única opción de seguir matando. Sin discusión.

Las policías francesa y española difundieron ayer dos vídeos grabados el mismo martes por la mañana en un Carrefour de la localidad de Villiers-en-Viere, a menos de cinco kilómetros de Dammarie-les-Lys, el pequeño municipio en el que cayó abatido de un tiro el primer policía francés de la historia de ETA. En las imágenes grabadas por una cámara de seguridad del supermercado a las nueve de la mañana, nada más abrir, aparecen cinco de los presuntos etarras que participaron en el asalto al concesionario de coches y el posterior tiroteo que mató al agente. El terrorista identificado del que se ha facilitado su identidad es Arkaitz Aguirregabiria del Barrio, jefe de adiestramiento de ETA. Aunque no aparece en el vídeo del súper, sus huellas han sido localizadas e identificadas.

UNA MUJER RUBIA La séptima en colaborar sería una mujer rubia y pelo largo, de entre 35 y 40 años, que a cara descubierta participó en el asalto al concesionario. Se suma a la lista el etarra detenido la misma noche del asalto, Joseba Fernández Aspurz. Y Ata , en caso de haber estado, como se supone, completaría el comando, aunque sus huellas no han sido identificadas y se ha descartado que sea el etarra que empuja el carrito y consulta la lista de la compra. "Pueden parecerse, pero Ata es más bajo", indican fuentes policiales.

Los laboratorios de la policía científica del Cuerpo Nacional de la Policía y la Guardia Civil trabajan a destajo para identificar las huellas y los restos de ADN facilitados por los investigadores franceses. Huellas y vestigios con restos genéticos encontradas en la pistola, los cinco coches robados y recuperados más tarde, y el concesionario Contac.

Los compañeros del brigadier asesinado dirigen una investigación que caminaría ciega sin la colaboración de las policías españolas y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Francia carece de información de la que tirar en la investigación del terrorismo etarra, y España está siendo fundamental en la identificación de los miembros del comando y lo será en su localización para detenerles. Es lo que siempre ha sucedido hasta ahora. Los servicios españoles investigan, detectan un comando, y detienen los franceses, porque son los únicos que pueden hacerlo en el país vecino. Una colaboración que a juicio del Ministerio del Interior es "exquisita".

"Pero no será fácil dar con ellos ahora mismo. Las pistas nos llevan al centro de Francia y allí es fácil escabullirse porque nuestros investigadores siempre han trabajado más al sur", explica un responsable de la lucha antiterrorista. Estén donde estén, tanto Francia como España difundieron ayer sendos teléfonos de colaboración ciudadana para los que puedan aportar cualquier pista sobre los cinco jóvenes del Carrefour. El número de colaboración antiterrorista en España es el 900 100 091. Francia dio otro, aunque la presencia del atentado en los medios de comunicación franceses no ha acaparado un gran interés.