El Ayuntamiento de Irún (Guipúzcoa) acordó ayer disolver el grupo municipal de Acción Nacionalista Vasca (ANV) y retirarle la asignación económica, en cumplimiento del auto de la Audiencia Nacional que ordena que las actividades de la fuerza aberzale sean suspendidas. Los tres ediles de ANV se convierten en concejales no adscritos y no podrán votar en las comisiones, pero mantienen su asignación económica individual.

Esta medida contó con el apoyo de los 12 ediles del PSE y los cuatro del PP, mientras que los cuatro del PNV y los dos de EB (las siglas de IU en Euskadi) se abstuvieron. Los tres concejales de ANV, que votaron en contra, protagonizaron un enfrentamiento con los representantes socialistas y populares. El portavoz de ANV, Peio Gascón, afirmó que "esta decisión va a traer consecuencias y todos las vamos a padecer". Borja Sémper, edil del PP, tachó esas palabras de "amenaza mafiosa", que confirmaría "la idoneidad de la suspensión de actividades".

La decisión del consistorio de Irún, gobernado por el PSE, se suma a otras adoptadas en distintas instituciones vascas y navarras, como los ayuntamientos de Pamplona y Llodio (Alava) y las Juntas Generales alavesas.

Y en este clima enrarecido, los populares vascos tienen previsto celebrar este próximo fin de semana su congreso en Bilbao. La cita ya arranca con polémica, pues en ella se pondrá fin a la presidencia de María San Gil. El candidato de consenso para sustituirla, el actual jefe del partido en Vizcaya, Antonio Basagoiti, confesó ayer su deseo de que la cita se desarrolle de la forma "más normal posible" y con cierre de filas en torno al proyecto.

De hecho, los apoyos que logre concitar reflejarán el estado de la división interna entre quienes aún dan la cara por la actuación de la dimisionaria María San Gil y quienes discrepan radicalmente de los pasos que ha dado la todavía líder desde que optó por pregonar su "desconfianza" hacia Mariano Rajoy.

"AZOTE DE ETA" Aunque Basagoiti sigue proclamando su interés en "sumar" y en un congreso que logre un partido "más fuerte y más unido", no ha desvelado si la nueva dirección acogerá al sector afín a San Gil. En todo caso, no es previsible una candidatura alternativa. El secretario general, el alavés Carmelo Barrio, estuvo a punto de presentarla, pero el pacto alcanzado por los máximos dirigentes de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya para buscar una salida a la crisis dejó en franca minoría a sus fieles.

Mientras, Basagoiti recibió ayer los avales de los jóvenes de Nuevas Generaciones, quienes alabaron su capacidad para llevar el timón del partido, al demostrar ser "un muro contra el nacionalismo excluyente" y tener fuerza para "seguir siendo el azote de ETA". El candidato admitió que aún no sabe si San Gil acudirá al congreso y dijo que estaría "encantado" de que lo hiciera. La presidenta no oculta su poco interés en ir a la cita.